La Pedrea es el nombre que se le da a una antigua tradición religiosa que tiene lugar en determinadas comunidades de Bolivia, Colombia y Perú. Estas prácticas se remontan a la época de los incas, cuando se practicaba como un culto a los espíritus de la tierra. La Pedrea consiste en una suerte de manifestación colectiva en el que varias personas deciden tomar la justicia por sus propias manos. Se elige a un grupo, a menudo los miembros de una misma comunidad, al que se denomina la «pedrea», esto es, la gente que debe ser castigada. La Pedrea se caracteriza por un carácter particularmente sangriento, con herramientas improvisadas para castigar a las personas elegidas. Una vez seleccionado el grupo de personas, se les ata a un poste, se les aplican los castigos, como golpes con palos y varas, y se les insulta. Esta forma de castigo es, en realidad, muy común en la cultura de los Andes y no se trata necesariamente de un único acto de violencia. En este contexto, la Pedrea es una práctica que busca restaurar el equilibrio en la comunidad, donde el mal se castiga, la nerviosidad desaparece y los miembros de la comunidad sienten que lograron frenar el desorden causado por algunos de sus miembros.
Las abusos de la Pedrea fueron expulsados del Siglo XIX al [XX] y muchas veces son catalogados como violencia y crimen de odio. A pesar de ello, la Pedrea sigue siendo considerada una tradición arraigada entre las comunidades andinas, que buscan administrar la justicia supliendo a tribunales oficiales. Existen estudios que sugieren que la aparición de la Pedrea se remonta a los tiempos preincas, a comunidades que buscaban codificar tácitamente sus relaciones sociales. De esta forma, se recurría a la Pedrea para actuar como una cuasi-juridicidad, aquella que pretendía reemplazar al control judicial formal. Otra teoría sobre la pedrea se refiere a que esta práctica ha ido evolucionando en los últimos siglos para convertirse en un mecanismo que busca cohesionar a las comunidades andinas, incluso en Bolivia, Colombia y Perú.
Incluso hay quienes ven en la Pedrea una metáfora de aquello que se puede denominar como Estado. Se pueden discernir el castigo y la víctima, la sentencia, el malestar general y el restablecimiento del equilibrio comunitario. Por lo tanto, la Pedrea representa en este contexto un mecanismo que posibilita el mantenimiento de la seguridad social, por el cual la comunidad entera puede ser guiada a seguir normas de convivencia.
En los últimos años, la Pedrea ha venido desapareciendo lentamente.
Esta práctica, que hace algunas décadas se veía como una forma justa de castigar actos socialmente reprobables, es ahora condenada por la mayoría.
Ahora es considerada como una forma de violencia y de crimen de odio.
A pesar de ello, algunas personas ven en la Pedrea una forma de restaurar el equilibrio social y de generar paz en algunas comunidades de los Andes. Por lo tanto, aunque esta práctica haya sido duramente criticada e incluso condenada como violencia, todavía se ve alguna luz de esperanza en torno a ella.
