La coparentalidad abarca una variedad de entornos de familias formadas utilizando diferentes elementos de dos familias separadas como medio de proveer un ambiente estable y feliz para un niño. Estos entornos familiares consisten generalmente en los padres biológicos, los padres no biológicos, quienes pueden ser alguna combinación de padrastros, madrastras o padres no biológicos, y los parientes cercanos. Las formas de coparentalidad más comunes incluyen la coparentalidad binocular, donde un solo niño tiene dos padres involucrados, y la coparentalidad trinocular, donde un solo niño tiene tres carentes involucrados. La coparentalidad se origina en situaciones donde los padres deciden dividir igualmente la responsabilidad de criar a un hijo. Esta requiere de un compromiso de los progenitores involucrados, de proveer el mejor ambiente posible para el niño. Es importante también destacar que la coparentalidad no involucra una relación amorosa, sino que se basa en el compromiso para proveer un buen ambiente de nacimiento y disminuir la ansiedad y el estrés del niño.
Para establecer una coparentalidad se deben tomar en cuenta varios factores como la contextura amigable, la comunicación y el respeto del uno hacia el otro.
Para lograrlo es importante hacer un acuerdo legal relacionado a la situación.
Esto ayuda a regular el ambiente de convivencia de los padres así como los asuntos como el estado legal del niño y los derechos apropiados de cada padre. También se trata de establecer responsabilidad tanto a los padres como al niño y ayudarles a establecer una fuerte relación padres-hijo.
Una vez implementados, hay numerosos beneficios para los niños que están bajo coparentalidad.
Estos incluyen el sentido de seguridad, estabilidad y estabilidad emocional.
Esto se debe a que el niño tiene tanto la influencia y amor de ambos padres, así como el apoyo de la familia extendida de parte de los progenitores. También hay una mayor satisfacción en en relación a la educación, bienestar económico y actividades de ocio. Además, la coparentalidad también contribuye a un desarrollo saludable de relaciones con los padres en la adultez. Esto se debe a que los niños aprenden a hacer frente a su situación de coparentalidad, entendiendo y aceptando ambos puntos de vista a la vez. Esto les permite desarrollar una conexión emocional con sus padres que los prepara para la vida adulta. Es evidente que la coparentalidad ofrece una creciente cantidad de beneficios, tanto para los padres como para los niños. Esto se debe a que crea un ambiente de bienestar emocional saludable, un sistema de responsabilidades compartidas, así como una relación más profunda y comprensiva entre los padres y el menor.
Por lo tanto, la implementación de la coparentalidad puede promover una relación y un entorno de desarrollo saludable para todos los miembros de la familia.