La sedición se ha definido como la acción de perturbar la paz y el orden público de un país con la intención de subvertir la autoridad del gobierno o tomar el poder por la fuerza.
Uno pensaría que la sedición no es un delito que se vea mucho en la actualidad, pero en España la ley de sedición todavía se mantiene vigente, lo que significa que los tribunales pueden usarla para castigar a los acusados.
El funado delito de sedición se remonta a la Edad Media, cuando se veía como un modo de prevenir la violencia política y otros actos de oposición al poder establecido.
La ley de sedición de España es, para muchos críticos, demasiado restrictiva.
Esta ley se ha usado para castigar a aquellos que se oponen al establecimiento, particularmente cuando su manifestación se considera ser una amenaza a la autoridad. De hecho, se ha usado para castigar a aquellos que, como independientes, han intentado alcanzar algún grado de independencia de España.
Este delito ha sido históricamente especialmente utilizado para reprimir los movimientos separatistas.
Debido a la manera en que se ha usado a lo largo de la historia, muchos consideran que la ley española de sedición está anticuada, con una interpretación que se ha endurecido en los últimos años.
La ley permite imponer importantes penas a las personas que son encontradas culpables, incluyendo penas de restricción de libertad desde seis meses hasta tres años. Los abogados de aquellos que se encuentran acusados de sedición pueden presentar una defensa basada en el hecho de que su manifestación no fue una verdadera amenaza a la autoridad establecida y que, en todo caso, su sentencia no se ajusta a la ley.
Además de las penas impuestas en los tribunales, existe también el derecho a la protesta, que se entiende como el derecho a vetar decisiones y discutir problemas públicos. En este sentido, puede diferir de la ley de sedición en el sentido de que no es un delito siempre y cuando no sean violentos. Por ejemplo, en España se acepta que la protesta sea un método democrático aceptado a fin de expresar disconformidad con las acciones del gobierno. El derecho a la protesta se acepta mucho más que la sedición, y en la actualidad no hay un límite acordado para la cantidad de personas que pueden participar en una protesta, siempre y cuando la misma siga siendo pacífica.
En conjunto, la ley de sedición en España no se ve y no es aplicada tan a menudo como lo era antiguamente, aunque todavía es un delito y reconocido.
Según los críticos, esta ley está anticuada y su interpretación es demasiado restrictiva.
En su lugar, muchos creen que el derecho a la protesta debería ser el único método utilizado para expresar disconformidad con el gobierno, siempre y cuando sea pacífica.