Una incapacidad permanente es una condición crónica que exige asistencia y atención médica continua debido a su severidad y/o duración. Las personas con discapacidad tienen una discapacidad que dura toda la vida, ya sea una discapacidad física, de desarrollo o mental. Estas condiciones generalmente impiden el pleno aprovechamiento de la independencia y son causantes de limitaciones en el rendimiento laboral, la capacidad de llevar a cabo labores cotidianas y, a menudo, la autonomía de la persona.
Los tipos de discapacidades permanentes varían según el individuo y los discapacitados generalmente tienen que ser diagnosticados con una afección para ser considerado una deficiencia permanente. Estas deficiencias pueden ser de nacimiento (debido a problemas hereditarios o falta de fármacos específicos durante el embarazo) o pueden ser adquiridas a lo largo de la vida. En muchos casos, una discapacidad permanente es producida por enfermedades médicas, enfermedades del sistema inmunológico, accidentes y traumatismos o enfermedades mentales.
Las personas con discapacidad permanente pueden enfrentar muchos tipos de problemas.
Los problemas físicos asociados con la discapacidad permanente a menudo pueden bloquear el camino hacia una vida plena, como la capacidad para obtener un empleo adecuado, una vivienda y otros bienes necesarios.
Las personas con discapacidad permanente tienen derecho a trabajar, acceder a educación, viviendas, entretenimiento y servicios adecuados que contribuyen a que su dignidad se mantenga intacta a pesar de su discapacidad.
Estas limitaciones pueden interferir con la capacidad de las personas con discapacidad para realizar actividades productivas o cotidianas. Algunos de los problemas que pueden encontrar los discapacitados son: problemas de movilidad, desarrollo cognitivo, problemas para escuchar, control de la vejiga, problemas con hablar y escribir, lenguaje, etc. La dificultad para realizar tareas cotidianas puede ser uno de los mayores problemas con los que se enfrentará la persona discapacitada. Por esta razón, es importante que los discapacitados reciban la asistencia y el apoyo adecuados para navegar por el sistema de atención a la discapacidad y poder hacer frente a sus limitaciones laborales, educativas y de otro tipo.
Las personas con discapacidad requieren un plan de tratamiento personal que tenga en cuenta los límites particulares de cada individuo. El tratamiento depende de la capacidad de la persona para manejar la deficiencia o situación específica. El tratamiento a veces se puede aplicar mediante la práctica de ejercicios especiales, la terapia de lenguaje o la recuperación. El tratamiento también puede incluir la administración de medicamentos, apoyos tecnológicos especiales para ayudar en las actividades o tratamientos rehabilitativos. Para aquellos con discapacidad permanente, los programas de ayuda financiera y los recursos adecuados se han creado para proporcionarles apoyo.
Estos recursos incluyen alimentos, lugar de vivienda, trabajo, educación y cuidado médico especializado.
El gobierno también provee seguros y subsidios para las personas discapacitadas que no tienen los recursos suficientes para pagar el tratamiento y los materiales necesarios. Uno de los principales objetivos de los sistemas de discapacidad es contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. Los cuidados adecuados, la atención médica adecuada, la educación, el empleo, la vivienda y los servicios de apoyo son algunas de las herramientas necesarias para que los discapacitados vivan una vida plena y productiva.
Estas herramientas ayudan a las personas con discapacidad a superar sus limitaciones físicas, desarrollar sus habilidades y mejorar su calidad de vida. A nivel mundial, estos sistemas de discapacidad promueven la inclusión y protegen los derechos y los intereses de las personas con discapacidad permanente.
