El pulpo es uno de los platos más populares en la cocina mediterránea, y tiene la reputación de ser algo difícil de cocinar. Sin embargo, usando los métodos adecuados (en lugar de tropezar en el proceso de mareaje) y siguiendo nuestras instrucciones sencillas, puedes experimentar un platillo delicioso y saludable en tu cocina.
Paso 1: comprar el pulpo.
Debes comprar un pulpo fresco para garantizar la mejor calidad, y asegurarte de que esté bien conservado. Compra uno que tenga los ojos bien claros, el pico no demasiado grande y los tentáculos lo más vibrantes posible.
Asegúrate también de que no tenga manchas o rastros de olor en él.
Paso 2: preparar el pulpo.
Para deshacerse de los posibles elementos de arena en el pulpo, sumérjalo en un recipiente con agua fría durante 20 minutos. Debes sostener la cabeza del pulpo con una mano y suavemente, mover sus tentáculos con la otra durante un máximo de un minuto. La forma en que identificarás que el pulpo ha sido mareado adecuadamente es cuando éste haya quedado extendido y sus tentáculos se ven hacia abajo. Puedes cocinar el pulpo de diferentes maneras, como a la parrilla, al vapor o al horno. Cada método de cocción tendrá resultados diferentes, así es como elegir el adecuado para tu platillo. Para lograr los mejores resultados, marca el pulpo por 4-5 minutos por lado a fuego medio. Mientras se cocina el pulpo, ve levantando y dando vueltas lo que evitará que se seque y se queme. Al horno: La cocción al horno es una alternativa simple, organizada y sin líos para cocinar un pulpo. Precalienta el horno a 200°C o 400°F para que quede bien caliente antes de colocar el pulpo dentro. No coloques el pulpo en un recipiente engrasado o con aceite, ya que el calor lo deshidratará. Una vez que el pulpo está listo, toma una hoja de ensalada y coloca los tentáculos encima. Si sigues estos pasos, disfrutarás de un delicioso y jugoso pulpo perfecto para tus cenas de platos fuertes. El pulpo presenta una variedad de sabores y texturas, así como nutrientes esenciales que son necesarios para garantizar una buena salud.