La tendinitis es una afección dolorosa que ocurre cuando los tendones, los cordones gruesos que conectan los músculos con los huesos, se inflaman o se irritan. Aunque cualquier tendón puede ser afectado, es más común en los hombros, codos, muñecas, rodillas, y talones. Aunque puede ser una afección frustrante y dolorosa, hay formas de tratar y prevenir la tendinitis. Primero, es importante entender que la tendinitis es una respuesta a la tensión o al uso excesivo del tendón. Puede ser el resultado de un esfuerzo excesivo durante una actividad física, de levantar peso incorrectamente o de una mala postura. En algunos casos, también puede ser causada por enfermedades como la artritis reumatoide o la diabetes.
Si sospecha que tiene tendinitis, el primer paso es obtener un diagnóstico.
Un médico o fisioterapeuta puede realizar un examen físico y, si es necesario, pruebas de imagen como una ecografía o una resonancia magnética para confirmar la condición.
Una vez diagnosticada, existen varias opciones de tratamiento para la tendinitis.
El tratamiento dependerá de la gravedad de la afección y de su ubicación en el cuerpo. Para la tendinitis leve, el enfoque de tratamiento normalmente incluye `RICE` (siglas en inglés para reposo, hielo, compresión y elevación).
Reposar el área afectada puede permitir que el tendón inflamado se cure.
Por último, elevar el área afectada puede alentar el drenaje de líquidos y reducir la hinchazón. Además del tratamiento RICE, puede ser útil tomar medicamentos de venta libre para controlar el dolor, como el ibuprofeno o el acetaminofén. Sin embargo, estos deben ser usados con precaución y solo de acuerdo a las instrucciones del fabricante y las recomendaciones de su médico. Un fisioterapeuta puede enseñarle ejercicios de fortalecimiento y estiramiento para ayudar a proteger y recuperar su tendón. Si la tendinitis es severa o crónica, su médico puede recomendar una cirugía para reparar el tendón dañado. Además de los tratamientos dirigidos directamente al tendón inflamado, también puede ser útil hacer cambios en su estilo de vida. Por ejemplo, si la tendinitis es el resultado de una actividad física excesiva, puede ser necesario modificar la rutina de entrenamiento para evitar tensiones excesivas en el futuro. Si la tendinitis es el resultado de una mala postura o de levantar peso de forma incorrecta, puede ser útil trabajar con un entrenador físico o un fisioterapeuta para aprender técnicas de movimiento y de levantamiento adecuadas.
Una buena prevención de la tendinitis puede ser tan sencilla como realizar calentamientos adecuados antes del ejercicio, tomar descansos regulares durante las actividades repetitivas, usar el equipo adecuado durante las actividades deportivas y mantener una buena forma física general.
En conclusión, aunque la tendinitis puede ser una afección dolorosa, existen varios tratamientos disponibles, desde medidas de auto-cuidado y fisioterapia hasta la cirugía. Si sospecha que tiene tendinitis, es importante buscar atención médica para obtener un diagnóstico correcto y comenzar el tratamiento lo antes posible. También es crucial aprender a prevenir la tendinitis para evitar lesiones futuras y mantener una buena salud musculoesquelética.