Las Fuerzas Armadas son una de las instituciones más respetadas a nivel mundial.
Unirse a ellas implica asistencia física, mental y emocional.
Aquí se explican los pasos que deberías seguir si estás interesado en unirte al ejército.
Estos varían de un país a otro, pero generalmente incluyen límites de edad (generalmente entre 18 y 35 años), requisitos de ciudadanía, antecedentes penales limpios, nivel de educación mínimo (muchas veces se requiere al menos un diploma de escuela secundaria o equivalente) y una condición física y mental adecuada.
Habla con un reclutador: Los reclutadores tienen la responsabilidad de proporcionarte la información que necesitas para tomar una decisión informada sobre la unión a las fuerzas armadas. Estos te proporcionarán detalles sobre los diversos programas de entrenamiento, los beneficios y las responsabilidades de ser soldado, así como los posibles roles que podrías tener en el ejército. Toma una decisión: Únete al ejército solo si estás completamente seguro de que es la opción correcta para ti. Habla con tu familia y amigos, y lleva el tiempo necesario para pensar en esta importante decisión. Recibe tu examen físico y mental: Si decides avanzar con el proceso, se te pedirá que asistas a un examen físico y mental. Estos exámenes se utilizan para determinar tu condición física y determinar si estás mentalmente preparado para las demandas del ejército. Asiste a la formación básica: Una vez que hayas cumplido con todos los requisitos y exámenes y te hayas comprometido a unirte a las fuerzas armadas, serás enviado a la formación básica.
Aquí también aprenderás las habilidades básicas de supervivencia y cómo manejarte en un entorno de batalla. Seleccione su carrera militar: Dependiendo de los resultados de los exámenes y las necesidades del servicio, podrías tener opciones para ciertas carreras militares. Asume tu compromiso: Una vez que hayas terminado el entrenamiento y hayas sido asignado a tu carrera, asumirás la responsabilidad de cumplir con el juramento que hiciste cuando ingresaste al ejército.
Esto puede incluir el despliegue a zonas de combate, el mantenimiento de la paz en zonas de conflicto o la realización de tareas de secundarias en tu país de origen. No solo estás asumiendo un compromiso con tu país, sino que también estás aceptando un estilo de vida que puede ser riguroso y exigente. Sin embargo, si tienes el deseo de servir y la voluntad de hacer el trabajo duro, unirte al ejército puede ser una decisión que gratificará y cambiará tu vida.