¿Cómo estamos? Esta es una pregunta que sale de nuestros labios con frecuencia.
Es una forma de preguntar cómo se sienten nuestros amigos, familiares y seres queridos.
No sólo es una cuestión de amabilidad; es una invitación para abrirnos, considerar la perspectiva de otra persona y compartir conversación y credenciales. La conexión humana es fundamental para nuestra especie, y esta simple pregunta está ahí para recordarnos la importancia de mantener algunos aspectos de nuestras vidas presentes, es decir, el sentimiento del otro.
Pero más allá de la pregunta, nos preguntamos dónde nos encontramos como humanidad.
Esta pregunta puede parecer a primera vista simple, pero en realidad hay muchos aspectos a considerar al considerar la pregunta y las respuestas. Nos encontramos en varias situaciones difíciles; muchos estamos experimentando una fuerte presión económica debido a la pandemia, lo que provoca problemas para todos los aspectos de la vida. A nivel global, el mundo está experimentando una extensa crisis de salud que ha cobrado una alta tasa de vidas humanas. Estamos divididos como nación, incluyendo la política, la raza, la religión, el género y la edad. Estamos luchando contra los cambios climáticos, la desigualdad social y las tensiones políticas, para nombrar algunos. En el ámbito de la tecnología, el avance ha sido rápido; ahora podemos realizar transacciones bancarias online, viajar en aviones y controlar la temperatura de nuestra casa con una aplicación, todo sin salir de casa.
Estos avances tecnológicos nos permiten desarrollar nuevas ideas e inventos que nos ayudan a innovar y a vivir mejor. Aunque el avance científico ha hecho cosas increíbles para mejorar nuestras vidas, también tenemos que enfrentar muchos desafíos que generan barreras en nuestro día a día. Seguimos experimentando discriminación racial y la desigualdad económica sigue siendo un problema difícil de enfrentar para muchas personas. Estos problemas afectan los medios de vida de la gente y cerrar la brecha social puede parecer imposible. Otro factor que merece mención es el estado de las relaciones laborales en la mayoría de nuestros países. La pandemia ha significado una contracción importante en los ingresos de muchas personas, y la desigualdad salarial entre varias clases sociales sigue siendo una preocupación. Esto también genera problemas con el acceso a los derechos humanos básicos, como la educación, la asistencia médica y el acceso a los alimentos. Entonces, ¿cómo estamos? La respuesta exacta es difícil de dar, porque no hay un solo escenario que describa apropiadamente el estado del mundo. Estamos lidiando con conflictos y al mismo tiempo tratando de construir empatía y un futuro mejor para todos. Aunque el futuro puede ser incierto, lo que no cambia es el hecho de que somos una especie fuerte y resiliente que puede enfrentar los desafíos. Necesitamos trabajar juntos para superar los obstáculos, reconocer las diferencias entre nosotros y recordar que somos partes iguales e importantes en la creación de un mundo mejor. Esta preocupación común y esta unión son los fundamentos sobre los cuales podemos construir un futuro mejor.