El kefir es un alimento que ha existido durante miles de años y se remonta a los antiguos pueblos del Cáucaso, esta bebida es una mezcla de variedades de bacterias y levaduras que, al igual que el yogur, fermentan los azúcares del lácteo para generar una bebida saludable y nutritiva para el cuerpo.

El kefir es una gran fuente de vitaminas del complejo B, calcio, magnesio, potasio, probióticos y contiene como 20 algunos tipos diferentes de bacterias y levaduras beneficiosas, estos organismos juntos en una alternativa al yogur, contribuyen a una serie de beneficios para nuestra salud.

Es beneficioso para nuestra salud ya que, estas bacterias y levaduras se encargan de mantener una buena flora intestinal. Esto significa que ayudan a eliminar las bacterias dañinas que puedan existir en el tracto digestivo y fortalecen el sistema inmunológico. Esto se debe a que nuestros intestinos esta lleno de bacterias que nos ayudan a absorber los nutrientes adecuadamente, además de que regula el equilibrio de los microorganismos (microbiota intestinal), es decir, mantener un buen equilibrio de bacterias.

Además es una buena alternativa para aquellos que no toleran bien el yogur, ya que, el kefir contiene los mismos beneficios del yogur pero con un contenido lácteo más ácido y menos azúcar.

El proceso para preparar kefir es relativamente sencillo, sin embargo tiene algunas etapas y requiere una preparación previa.

Esta serían las etapas necesarias para su preparación:1.

Primera etapa: Necesitas tener dos ingredientes: agua y un grano de kefir.

El grano de Kefir es una mezcla de bacterias y levaduras que probablemente ya comprarás en un supermercado o en tu tienda de comestibles local. Una vez que hayas comprado los ingredientes, es importante que laves los granos de kefir con agua para asegurarte de que no hay suciedad ni impurezas que puedan afectar el sabor de la bebida.

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Etapa dos: Una vez hayas lavado los granos de kefir, debes colocarlos en un recipiente limpio y añadir dos tazas de agua. El agua de grifo puede no ser suficientemente pura para que perpetúe la mezcla de levaduras del kefir. Tercera etapa: Una vez que hayas agregado el agua, cubre el recipiente con un paño de tela fino y suave para mantener caros insectos. Déjalo en un lugar fresco y oscuro para reposar la mezcla, entre 8 y 24 horas (dependiendo de cómo de sabor quieras que tenga el kefir). Etapa Cuatro: Una vez que hayan pasado las horas, tu kefir estará listo para consumir, puedes tomarlo solo o se lo puedes mezclar con frutas o bebidas. Si quieres almacenarlo, debes colarlo para remover los granos y usar un frasco o botella con cierre. Esto se debe a que la fermentación continúa en el frasco, y sin un buen cierre de la tapa es posible que estalle. Aunque el kefir no es difícil de hacer, la preparación inicial implica un poquito de paciencia y es importante que sigas los pasos indicados para que obtengas los mejores resultados. Además de esto, asegúrate de que elija un grano de kefir de buena calidad para así garantizar los mejores resultados. Si sigues bien estas etapas podrás disfrutar de una saludable y nutritiva bebida hecha en casa. El kefir definitivamente es una bebida saludable y nutritiva que se puede agregar fácilmente a tu dieta diaria y pasar desapercibido ya que saben muy bien y se pueden tomar solos o mezclados con frutas, cremas o bebidas.

Además, esta bebida no solo es saludable para el cuerpo si no que su preparación en casa es relativamente sencilla, refrescante y te conectará con una antigua tradición ancestral.