Las mermeladas son perfectas para acompañar pan tostado, panecillos o bollos en el desayuno o merienda, y una de las favoritas es, sin duda, la de higos. Ofrecen un sabor dulzón y refrescante, con un toque ácido, la textura es suave y cremosa, lo que la hace perfecta para disfrutar sola o en combinación con otras frutas, como manzanas, peras o ciruelas.
Si desea realizar su propia mermelada de higos con los ingredientes que tenga a mano desde la cocina de su casa, te ofrecemos a continuación una receta sencilla para que puedas disfrutar de esta delicia.
Lo primero que debe hacer para preparar la mermelada de higos es lavar los higos con agua fría, eliminar sus hojas, deshuesarlos y cortarlos en trozos pequeños. Luego, deberá colocar los higos en una cacerola, agregar el azúcar y mezclar con una cuchara. El siguiente paso será calentar la cacerola con los higos y el azúcar a fuego lento, dejando cocer por unos 25-30 minutos, sin dejar de revolver para evitar que se pegue.
Una vez que los higos estén cocidos hasta obtener la consistencia deseada, el siguiente paso será esperar a que se enfríe la mezcla. Cuando esté a temperatura ambiente, bata los higos añadiendo una cucharada mayor de zumo de limón para conferirle un toque ácido.
Adicionalmente, para transformar la mermelada de higos en una jalea son algunas recomendaciones a tomar en cuenta. Una vez que la mezcla tenga la consistencia deseada, antes de pasarla a los frascos, añada gelatina sin sabor y mezcle bien para lograr una consistencia firme. Coloque la mezcla obtenida de la combinación de la preparación de los higos con el zumo de limón y la gelatina sin sabor, en un recipiente apto para el fuego, caliéntela a fuego bajo con la mezcla sin dejar de mover con una cuchara durante unos minutos.
Una vez que la mezcla haya obtenido la consistencia deseada, volte ella sobre los botes previamente calentados para facilitar el llenado, en ellos debe dejar reposar hasta que se enfríe.
Mermelada y jalea de higos son unas excelentes opciones para hacer uso de la fruta de temporada y acompañar nuestras comidas con dulce y refrescantes sabores, además de tener la ventaja de que ambas preparaciones se pueden conservar hasta por siete meses a temperatura ambiente, con la finalidad optimista de poderlas disfrutar durante un buen tiempo.
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