¿Sueñas con tener un queso hecho en casa que sea igual de bueno que el comprado en el supermercado? Prepárate para transformar ese sueño en realidad. Hacer tu propio queso en casa no es tan difícil como podrías creer y tu cocina casi seguramente cuenta con todos los ingredientes y equipos que necesitas. Los quesos son productos lácteos hechos mediante la separación de la leche en un líquido denominado `suero` y una forma sólida conocida como `cuajada`. La cuajada se presiona y seca para teñirla y saborizarla, para luego moldearla en quesos de diferentes texturas y sabores. Esta descripción general de la creación de queso es válida para todo tipo de queso, desde el cremoso Brie hasta los amarillos Cheddars. Si no tienes mucha experiencia en quesería, puedes empezar haciendo quesos simples y no tener que preocuparte por viejos procesos para teñir el queso.
La creación de queso en casa requiere de algunos equipos básicos esenciales.
Lo primero que necesitas es una olla de acero inoxidable para calentar la leche hasta que llegue a su temperatura óptima para la cuajada. Para esto, la recomendación es que compres un termómetro de cocina, preferiblemente uno especialmente diseñado para usarse con leche. También necesitarás un colador, una palangana, un trapo de tela limpio y para la última etapa, placas para hornear.
Necesitarás, además, los ingredientes para hacer queso.
Estos son leche histeriza, ácido clorhídrico, cloruro de calcio, un órgano y una bacteria de cuajado específicos para el tipo de queso que estás haciendo y algo de sal.
Estas cuatro últimas substancias probablemente las tendrás que comprar en una tienda especializada.
Comenzarás el proceso de quesería por calentar la leche hasta que llegue a la temperatura óptima que varía de acuerdo al tipo de queso que vayas a preparar. Para alcanzar esta temperatura, debes mezclar la leche con el ácido clorhídrico y el cloruro de calcio. Usarás el ácido para bajar la temperatura, mientras que con el sal consigues un sabor suave para el queso. Una vez que la leche haya alcanzado la temperatura adecuada, agrega el órgano directamente a la mezcla. El órgano es el responsable de la acidificación de la mezcla, la cual desencadenará el proceso de coagulación. Luego revuelve la mezcla por unos 10 minutos y luego colócala en un colador para separar la cuajada sólida de la parte líquida, el suero. Sin embargo, dependiendo del tipo de queso que estés haciendo, el tamaño y la forma exacta variarán. Una vez que hayas moldeado el queso a tu gusto, es hora de ponerlo en una placa para hornear. Una vez listo el queso, sube el horno al máximo, coloca la placa sobre la rejilla e insértala en el horno. No es necesario que seas un especialista en la preparación de queso para crear un delicioso manjar con tus propias manos. Si los sigue, pronto comenzarás a disfrutar de los beneficios de tener tu propio queso hecho en casa.