Los tomates en conserva caseros son una forma increíblemente fácil de aprovechar al máximo la temporada de tomate para comprar o cosechar. Durante ese corto período de las tardes cálidas cada año, los tomates están llenos de color y sabor. Almacenar ese sabor en forma de conservas caseras es la mejor manera de prolongar el tiempo de sabor de los tomates.
Aquí hay algunas instrucciones a seguir al hacer tomates en conserva caseros.
1.
Comience por elegir los tomates correctos.
Si está trabajando con cantidades más grandes de tomates, puede hacer esto con más facilidad sumergiendo los tomates en agua hirviendo durante un minuto o dos antes de retirar la piel.
Alternativamente, una pequeña cantidad de sal muy finamente molido puede usarse si se desea una conserva no tan dulce. Para líquido de conserva, combine 1 taza de vinagre blanco, 1/2 taza de agua y 1 cucharadita de sal en una olla. Los botes deben llenarse casi hasta el borde y dejar alrededor de una pulgada para el tapón. Cuando los botes hayan estado en el fuego un tiempo, sáquelos con cuidado, colóquelos en una superficie limpia y deje que se enfríen. Si se ha sellado correctamente el enlatado, la lata quedará ligeramente hundida y se sentirá caliente al tacto. Una vez que los botes se hayan enfriado, revise para ver si las ollas están selladas. Si se siente ligeramente líquido, entonces no se ha sellado correctamente y hay que volver a hacer el proceso. Una vez comprobado que el enlatado está bien, guarde los botes en un lugar fresco y oscuro. Almacenar tomates en conserva caseros es una forma increíblemente sencilla de aprovechar al máximo el sabor y la temporada del tomate. Los tomates en conserva caseros son perfectos para usar en salsas, guisos, pastas, ensaladas y más. Combinando cuatro sencillos pasos debería permitirle guardar el sabor de los tomates para disfrutar en otras épocas del año.