Los tomates secos son un alimento muy saludable y con muchos beneficios para la salud.
Estos contienen un alto contenido en nutrientes como el hierro, la vitamina K, el calcio, el ácido fólico y la vitamina A. Muchas veces, los tomates secos se emplean como aporte de sabor, como base para salsas y sopas, y como relleno en platos principales. Debido a su bajo contenido en agua, los tomates secos se caracterizan por su sabor dulce y su color rojizo intenso al conjunto, aromatizado con hierbas muy sabrosas. Así mismo, los tomates secos se usan mucho como ingrediente para preparar aceite de oliva tanto delicioso como saludable. Una de las grandes ventajas de los tomates secos es que se pueden almacenar en lugar fresco, seco y oscuro durante mucho tiempo sin que se deterioren. Esto los hace un excelente producto para tener a mano en la despensa o en la cocina.
Sin embargo, antes de usarlos para hacer platos, es necesario reconstituírselos hidratándolos.
Afortunadamente, esta tarea no es en absoluto complicada ni mucho menos.
Para hidratar los tomates secos correctamente, lo primero que debes hacer es usar una taza medida para determinar la cantidad necesaria. Esto dependerá del tamaño y cantidad de tomates que quieres hidratar así como de la cantidad de agua requerida para permitir una hidratación adecuada. Debes asegurarte de que estén perfectamente cubiertos por el agua para lograr una mejor distribución de líquido. A continuación, coloca la taza con los tomates dentro de un recipiente con agua tibia y déjalo allí durante media hora, aproximadamente. Una vez transcurrido el tiempo, retira la taza con los tomates y escurre el agua con mucho cuidado. Verifica que los tomates hayan absorbido el líquido y obtendrás como resultado unos deliciosos tomates suaves, salados y bien preparados para usar en cualquier receta deliciosa. Si quieres añadirles un toque de sabores diferentes, podrás agregarles algunas gotas de citronela, vinagre de manzana, sal de mar, especias, tomillo y/o hierbas finas. Además, si los estás usando para salsas o para acompañar platos con verduras, los tomates hidratados aportan un sabor extra y un toque de color. En definitiva, hidratar los tomates secos antes de usarlos para preparar recetas, no es nada complicado ni difícil. Se trata de una tarea muy sencilla que no requiere de grandes esfuerzos ni conocimientos culinarios. Aquí la clave más importante para lograr que los tomates absorban agua de forma equilibrada es la precisión a la hora de medir la cantidad de líquido necesario. Una vez hidratados, los tomates ofrecen una gran variedad de beneficios tanto para la salud como para el sabor de infinitos platos.