La reparación de un disco duro externo puede parecer intimidante, pero en realidad es un proceso relativamente sencillo que cualquiera puede hacer en casa. Los discos duros externos se exponen a una variedad de problemas, desde la acumulación de polvo, hasta la corrupción de los datos, y la interrupción del alimentador. Por suerte, muchos de estos problemas se pueden resolver rápida y fácilmente con algunas herramientas básicas y el conocimiento adecuado. La primera y más importante consideración al momento de reparar un disco duro externo es la seguridad.

El proceso requiere abrir un dispositivo eléctrico, y esto significa trabajar con corrientes eléctricas.

Antes de comenzar, asegúrate de que todos los cables eléctricos estén desconectados y el dispositivo esté lejos de fuentes de agua. Si tu disco está dañado por un líquido, asegúrate de que esté completamente seco antes de comenzar cualquier trabajo en él. Una vez que hayas realizado las precauciones apropiadas, tu disco duro externo estará listo para ser reparado.

Las primeras cosas que deberás revisar son los conectores.

Estas son pequeñas conexiones entre el disco duro y la unidad, así como entre ésta y la computadora.

Asegúrate de que estén bien conectados, y comprueba que no haya daños en los cables.

Asegúrate de mantener bien guardado los tornillos, ya que los necesitarás para volver a montar el disco. Muchas personas optan por usar algunas almohadillas adhesivas para arrancar los arañazos y pequeños arañazos de la superficie del disco. Una vez que hayas arreglado el daño en el disco duro, tendrás que comprobar el estado del cable de alimentación. Esto implica conectar el cable de alimentación directamente al conector de alimentación y asegurarse de que esté bien conectado. Si el cable está bien conectado y el disco duro todavía no se reconoce, entonces esto significa que el problema es el conector de alimentación. Si notas que hay exceso de acumulación de polvo, revisa cuidadosamente tu ordenador y asegúrate de que todos los ventiladores y ranuras de ventilación estén limpios y sin obstruciones. Cuando hayas revisado todos estos aspectos, ya estarás listo para intentar poner tu disco duro externo a funcionar. Vuelve a montar el disco en la carcasa y conecta los cables de alimentación, y los cable de datos. Si tu disco duro no se ha arreglado correctamente, es posible que tu problema sea algo más complicado. En estos casos, es recomendable acudir a un especialista en discos duros para obtener una solución más profesional. Otra alternativa es acudir a una tienda de computación, y preguntarles si pueden reparar tu disco. Todo lo que necesitas son algunas herramientas básicas, los conocimientos adecuados y un poco de paciencia. Si todavía tienes problemas para reparar tu disco duro externo, un experto en discos duros puede asesorarte para encontrar la solución adecuada a tu problema.