Los billetes falsos son una realidad en muchos países, pero lo bueno es que hay ciertos trucos y medidas que se pueden aplicar para evitar ser víctima de una falsificación.
A primera vista, los billetes de los bancos suelen ser simétricos, con superficies lisas y limpias, sin zonas sucias o borrosas. Los billetes verdaderos contienen metalizado iridiscente que, al ser visto bajo luz ultravioleta, cambia de color. Por ejemplo, la impresión de un gran ícono nacional como un monumento o edificios no se ven fieles a la realidad. Esto generalmente se manifiesta a simple vista como una imagen de baja calidad, sin los detalles y sombras correctas. Examine si el papel usado en el billete es el mismo que el usado para imprimirlo. Asimismo, los billetes falsos suelen tener menos volumen y también puede ser un indicativo de una falsificación. Observe que los billetes de los países tienen bordes dentados, que en los billetes falsos suelen ser redondeados. Esto es el reflejo de que los fabricantes de billetes falsos no tienen acceso a la numeración correcta. Aunque es cada vez más difícil de producir una falsificación de un billete, existen una serie de señales que nos permiten detectarlo. Realizando un examen detallado podemos comprobar que un billete es falso, ya sea gracias a sus bordes, impresión, señales de seguridad o uso de papel. Sin embargo, siempre se recomienda verificar en una casa de cambio para confirmar un billete y proceder con su canje.
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