El siglo XXI ha sido testigo de una revolución tecnológica sin precedentes, y la moda de los teléfonos inteligentes no ha sido una excepción. Estos emocionantes dispositivos, también conocidos como teléfonos móviles, no solo nos facilita la vida al conectarnos al mundo de las redes sociales y la información, sino también a la hora de localizarlos.
Desde encontrar detalles como la ubicación de los artículos perdidos hasta rastrear a amigos y familiares, hay muchos usos para conocer la ubicación de un dispositivo móvil. Superando la parte de la tecnología, la mayoría de estos dispositivos detallan su ubicación en tiempo real a través de sistemas de localización por satélite (GPS). Esto significa que los teléfonos celulares más modernos pueden detectar con precisión su ubicación desde prácticamente cualquier parte del planeta. Incluso si estás en la playa en medio del océano, el teléfono móvil de tu amigo no solo puede devolverte la ubicación exacta, sino también la dirección a la que se dirige.
Además, en los modelos más recientes, existen numerosos protocolos y algoritmos que detallan la ubicación de un teléfono móvil con muy poca energía. Estos avances permiten el rastreo de los teléfonos celulares sin que los usuarios se den cuenta; incluso cuando el GPS está apagado, los sistemas de localización alternativos pueden recoger el teléfono en la red.
En cuanto a la tecnología detrás de los teléfonos celulares modernos, el servicio de ubicación se basa principalmente en la detección del punto de acceso a la red más cercano. Esto significa que los dispositivos miden la señal de cualquier punto de acceso inalámbrico cercano, como hotspots WiFi, toreras de conexión a Internet, etc.
, y después los compara para encontrar el punto de acceso más cercano.
Esta técnica es conocida como geofencing, ya que le permite al fabricante de teléfonos establecer un “perímetro virtual” para el usuario. Además, los teléfonos celulares modernos utilizan la tecnología de micrófonos, cámaras y sensores para detectar la ubicación. Estas herramientas recopilan metadatos a partir de cada dispositivo, lo que permite al servicio de ubicación calcular la ubicación aproximada. Algunos fabricantes como Apple han desarrollado sus propios servicios de rastreo, cuyos algoritmos son capaces de localizar un dispositivo incluso en los edificios más altos gracias a la detección de ondas de sonido y ruidos.
Cada vez hay más dispositivos y sistemas que permiten la localización de un teléfono.
Los cuidadores de los niños y adultos mayores también tienen acceso a aplicaciones similares.
Estas herramientas se basan en el rastreo de la ubicación del teléfono para enviar alertas de seguridad a los cuidadores. Las urgencias también pueden rastrear los teléfonos de la gente en caso de emergencia, a través de ubicaciones compartidas por los usuarios a través de protocolos específicos. En conclusión, los teléfonos inteligentes modernos nos han facilitado mucho la vida al aportarnos una forma de localizarnos y comunicarnos. A través de protocolos como el GPS y herramientas como el geofencing, los dispositivos celulares pueden recoger información sobre nuestra ubicación en sólo unos segundos. Esto nos permite encontrar a amigos y familiares, saber dónde hay tráfico o encontrar los artículos perdidos. Por supuesto, este punto no es una excepción para los teléfonos móviles, y con los avances de la tecnología, esta herramienta se volverá cada vez más accesible.