El contagio del papiloma humano (VPH) se transmite de una persona a otra a través de contacto directo con la piel, y puede ocurrir de muchas formas. La principal forma de infección es a través de relaciones sexuales, bien sea vaginal, anal o oral, y generalmente se produce sin la presencia de síntomas. Las personas pueden estar expuestas al virus sin saber que lo están, ya que muchas personas infectadas resultan asintomáticas. Existe un mayor riesgo de infección de VPH entre las personas que tienen relaciones sexuales sin uso de preservativo. Además la exposición con el virus puede ocurrir en caso de compartir los aseos personales, como rastrillos para la higiene intima o juguetes sexuales no desinfectados. En algunos casos puntuales, también existen algunos documentos clínicos que indican que puede producirse el contagio a través de la transmisión vertical durante el parto. En los seres humanos el virus se encuentra exquisitamente especializado para infectar células de piel o mucosas de uno de los dos principales tipos de células cutáneas: las queratinocitos.
La infección generalmente provoca una enfermedad asintomática que afectan a la piel o las mucosas.
Esta enfermedad puede generar lesiones, úlceras y verrugas cutáneas en la piel así como alteraciones en el epitelio cervical, que pueden ser dolorosos. Debido a las diferentes manifestaciones, algunas personas no se dan cuenta que tienen el VPH, ya que sus síntomas son prácticamente imperceptibles para el común de los mortales. La forma más segura de prevención de la infección por VPH, es la práctica de relaciones sexuales protegidas. En la mayoría de los casos, el uso adecuado de preservativos reduce significativamente el riesgo de infección. Los preservativos pueden ser fabricados con látex sintético, cuero, látex natural, poliuretano o con materiales artificiales, pero se recomienda en conocer la calidad y el fabricante antes de su uso. Además, se recomienda a las personas que estén infectadas con VPH que lo diagnostiquen a tiempo a fin de utilizar las terapias adecuadas para evitar su contagio a otras personas. El diagnóstico se realiza mediante una prueba de detección, como el test del Papanicolaou, también conocido como `prueba de Papanicolao`. Este examen, que se realiza cada cierto tiempo, sirve para periódicamente detectar la presencia de virus en el organismo, a fin de prevenir el desarrollo de enfermedades y detectar precozmente su evolución y tratamiento.
Finalmente, cabe señalar que el VPH puede ser contagioso, por lo que hay que tener precaución para evitar el contagio. Deberíamos evitar el contacto directo con personas infectadas y usar preservativos para cualquier tipo de relación sexual.
Así mismo, deberíamos realizar el test de Papanicolao para detectar precozmente la presencia del virus.
En definitiva, el principal medio de transmisión del VPH es el contacto sexual sin preservativo, así como también el contacto directo con una persona infectada, compartiendo aseos personales, juguetes sexuales, o en casos de transmisión vertical en el parto.
Por ello, lo mejor es prevenir el contagio con el uso de preservativos y detectar precozmente el virus mediante el test de Papanicolaou.