La meningitis es una afección seria que afecta la cubierta exterior de los tejidos del cerebro y de la médula espinal. Es causada por una infección vírica o bacteriana, lo que hace que el área se inflame.

El término “meningitis” significa literalmente “inflamación de las membranas”.

La mayoría de los casos de meningitis son causados por la infección con un virus, incluyendo el virus de la influenza, el virus de la varicela zóster y el virus del herpes simple.

La meningitis bacteriana se debe a una infección con un tipo específico de bacteria.

Estos son Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Haemophilus influenzae y Listeria monocytogenes.

Estas bacterias se pueden transmitir de persona a persona a través de secreciones respiratorias en la tos o el estornudo, contacto cercano o compartir alimentos o utensilios. La bacteria Neisseria meningitidis es la causa de una de las formas más comunes de meningitis adquirida de forma comunitaria. La bacteria se encuentra en la boca y la nariz de la mayoría de las personas. Aunque pocos desarrollan meningitis, los individuos más susceptibles son los recién nacidos y los niños pequeños, así como los adolescentes y los adultos jóvenes. La bacteria se contagia a los demás a través de la saliva, el flujo nasal, los besos o el contacto cercano con una persona infectada. Cuando la bacteria llega a las membranas de las meninges, puede provocar una infección que puede progresar a meningitis. La meningitis debido a la bacteria Haemophilus influenzae es una forma menos común, pero igualmente grave, de meningitis. La mayoría de los virus que causan este tipo de afección se comportan como el virus de la influenza. Esto significa que se transmiten a través de gotitas inhaladas al toser, estornudar o hablar de una persona infectada. Para prevenir el contagio, las personas deben lavarse regularmente las manos, seguir una buena higiene bucal y evitar tocarse la cara. Deben evitar tener contacto cercano con una persona infectada si es posible, y no compartir alimentos, bebidas o utensilios. Estas vacunas incluyen la vacuna contra la meningitis bacteriana meningocócica y la vacuna contra el virus de la influenza. Estos síntomas incluyen fiebre alta, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, vómitos y confusión y pérdida del estado de conciencia. El tratamiento para la meningitis bacteriana requiere una combinación de antibióticos para tratar la bacteria subyacente.