El dominó es un juego clásico cuyo origen se remonta a la antigua China.
A lo largo de los años, se ha difundido en todo el mundo y ha adquirido una serie de variantes que se adaptan a diferentes culturas. A pesar de estas variaciones, la versión estándar del juego sigue siendo la más popular y es jugada por millones de personas en todo el mundo.
A continuación, te explicamos cómo jugar al dominó estándar.
El dominó estándar se juega con un conjunto de 28 fichas, cada una de las cuales tiene dos extremos que muestran una cierta cantidad de puntos, desde cero (o en blanco) hasta seis.
Las fichas se distribuyen uniformemente entre los jugadores, que deben colocarlas con base en las reglas del juego. El juego comienza con cada jugador sacando siete fichas del `montoncito` (las fichas restantes se dejan de lado).
Los jugadores deben mantener sus fichas ocultas a los demás.
En un juego de cuatro jugadores, normalmente, dos equipos de dos jugadores cada uno se enfrentan entre sí. El jugador que posee la ficha doble más alta (los dos extremos tienen el mismo número de puntos) inicia el juego colocándola en el centro de la mesa. De no tener un doble, se pasará turno al siguiente jugador en sentido horario y así sucesivamente hasta que algún jugador haga su primer movimiento con un doble. A partir de ahí, los jugadores proceden en el mismo sentido, cada uno de ellos tratando de colocar una de sus fichas en juego, de manera que uno de los extremos de la ficha coincida con el número de puntos de los extremos de las fichas que ya están en la mesa.
Es decir, si hay una ficha con un extremo mostrando tres puntos en el juego, un jugador puede hacer su jugada con cualquier ficha que tenga tres puntos en uno de los extremos.
Si un jugador no puede hacer una jugada válida porque no tiene en su poder una ficha que pueda coincidir con los extremos que están en juego, debe pasar su turno.
En algunas versiones del dominó se permiten los `pases forzados`, es decir, un jugador puede elegir no hacer una jugada incluso si tiene una jugada válida. El juego continúa hasta que un jugador se queda sin fichas (en cuyo caso dicho jugador o equipo son los ganadores), o bien cuando ningún jugador puede hacer una jugada válida.
En este último caso, se suman los puntos de las fichas que cada jugador o equipo aún tiene en su poder, y el jugador o equipo con menos puntos es el ganador.
Si hay un empate en el número de puntos, se rompe mirando quien tiene la ficha con un valor más alto. Para ganar en el dominó, no solo es necesaria la suerte de tener buenas fichas, también es importante la táctica. Mantener diversas opciones en tus fichas (números diferentes), bloquear a tus oponentes o forzarles a jugar fichas que te beneficien son algunos de los trucos que puedes usar. Aunque las reglas son sencillas, cada partida es diferente, ya que la estrategia puede variar en función de las fichas que se tengan, las que se jueguen y la posición de los rivales.
No cabe duda de que, una vez que empieces a jugar y a comprender la estrategia, encontrarás el dominó un juego fascinante y altamente adictivo.