Vivir en una residencia es una experiencia emocionante y aterradora al mismo tiempo.
A diferencia del hogar de tus padres, con sus normas, estructura y restricciones, la vida en una residencia te da la libertad de vivir según tus propios términos.
Es como tener tu propio apartamento, solo que compartido con muchas otras personas.
Cada uno lleva su propia identidad, y todos tienen diferentes relaciones entre ellos.
Decidir qué apartamento quieres compartir, qué extras quieres añadir y qué chucherías quieres colocar para darle personalidad. Estás rodeado de personas que comparten el mismo sentimiento de aventura y diversión como el tuyo, que convierte el lugar en una verdadera casa para todos. Luego de haberse adaptado a todo, los días pasan volando, como si estuvieras disfrutando de una larga semana de vacaciones. Los beneficios de vivir en una residencia son muchos, entre los cuales están la libertad para construir tus propias relaciones sin restricciones, la posibilidad de tener seres queridos cerca, denominados `compañeros de residencia`, y la sensación de estar llevando a cabo una aventura.
No tienes que seguir la estructura de tus padres y cualquier cosa está a tu alcance. Ya sea que venga de un lugar cercano o de alguna parte lejana, hay un ambiente de camaradería entre los compañeros de residencia. Pasamos tiempo juntos comiendo alimentos típicos de la ciudad, jugando juegos de mesa, viendo películas y compartiendo chismes. Es una sensación reconfortante, saber que tienes a alguien allí en todo momento con quien pasar el rato y compartir momentos inolvidables. Desde pequeñas reuniones con compañeros de residencia hasta salidas divertidas a los bares de la ciudad, los compañeros de residencia siempre tienen algo para hacer y nunca tienen tiempo para aburrirse.
Estamos siempre dispuestos a explorar nuestros límites y aprovechar al máximo la experiencia de vivir el uno al lado del otro. Aprendes a preparar tus propias comidas, a acostumbrarte a una vida independiente sin tener que depender de los horarios restringidos del pasado. También tienes la libertad para probar cosas nuevas y descubrir tu propio estilo sin ser juzgado. Vivir en una residencia te ofrece lo mejor de ambos mundos: independencia e intimidad, junto con la oportunidad de formar relaciones inolvidables con la gente que conoces. Vivir en una residencia es una experiencia increíble que te permite ver el mundo de una manera totalmente nueva. Te da la opción de buscar tu lugar en el mundo y aprender a sobrevivir en la vida adulta. Te ayuda a salir de tu zona de confort, conocer nuevas personas y disfrutar de tu libertad. Si estas evaluando la mejor opción para tener tu propia casa, vivir en una residencia podría ser el mejor camino para ti.