La achicoria es una planta herbácea tan ancestra como milenaria y con una incuestionable importancia en el suministro de alimentos. Se trata de una planta de la familia Asteraceae, regionalmente conocida como acederas o acedrinas, que crece hasta una altura aproximada de dos metros. Su tallo es ramificado y espinuloso, mientras que sus hojas lanceoladas, alternas y enteramente dentadas se presentan de un color verde muy intenso.
Por lo general, florece en presencia de unas pequeñas flores hermafroditas, de color blanco.
El fruto de esta planta es un aquenio pequeño con una forma característica y generalmente se encuentra en pares. La achicoria resulta ser una planta muy resistente a los cambios climáticos y a las temperaturas bajas.
De ahí que sea tan extendida, alcanzando los cuatro continentes y presentando infinidad de variedades.
A nivel gastronómico, desde tiempos remotos es muy común su aprovechamiento para sopas, ensaladas y ensaladas verdes, aunque lo más destacado es su uso como alternativa al café en situaciones en las que la cafeína resulta desaconsejada.
Su preparación es tan sencilla como echar en agua fresca frutos secos y hervirlos durante unos minutos; tras ello, dejar enfriar y se obtiene una infusión de sabor terroso y amargo muy singular.
Su consumo es muy aconsejable tanto por sus beneficios nutricionales como por su contribución a nuestra salud. En primer lugar, destaca su contenido en nutrientes, especialmente en vitamina B1, B2, B6, B12, magnesio, hierro y calcio, algunos de los cuales resultan imprescindibles para el correcto funcionamiento del sistema digestivo.
Además, su alto contenido en fibra favorece la limpieza intestinal, mientras sus propiedades diuréticas resultan muy útiles para liar líquidos. Finalmente, en el caso de aquellas personas que sufren de diabetes, su consumo resulta tímidamente aconsejable, ya que su digestión es más lenta, con lo que se previenen picos de insulina.
En definitiva, la achicoria ocupa un lugar privilegiado dentro de la gastronomía tradicional y, como se ha comprobado, sus propiedades, además de ser deliciosas, aportan numerosos beneficios a nuestra salud. No en vano, como antes se citaba, su difusión abarca prácticamente todo el mundo y su demanda aumenta día a día.