Autoestima es el concepto emocional que nos permite apreciarnos a nosotros mismos de forma positiva.
Esta autoevaluación positiva nos da el poder de creer en nuestras habilidades y en nosotros mismos, y de observar nuestras fortalezas, debilidades y logros con satisfacción. Nuestra autoestima se nutre de los mensajes de los demás, de nuestras interacciones con ellos y del reconocimiento de nuestra identidad. Si la autoestima es sana, es una herramienta para vivir la vida de la mejor manera.
Esto significa que nos sentiremos cómodos con nuestro cuerpo, trabajo, ideologías, opiniones y actitudes.
Esta sensación de autoaceptación es la clave para mejorar nuestra salud mental, ya que nos permite sentirnos seguros y dignos de respeto, teniendo una mentalidad positiva y optimista que nos ayudará a sortear los desafíos que se nos presenten.
Sin embargo, si la autoestima está baja, afecta negativamente a nuestra vida.
Si no confiamos en nosotros mismos, el nivel de confianza personal se verá reducido y tendremos tendencia a la inseguridad y la ansiedad, además de la procrastinación, el sentimiento de derrota, el victimismo y la incapacidad de tomar decisiones.
En el lado más extremo, también puede llevar a la depresión y a los intentos de suicidio. La causa del desarrollo de una autoestima baja puede ser hereditario o ser debido a una vida llena de dificultades, desaprobaciones y carencias afectivas, como en el caso de aquellos criados en orfanatos y hogares sin apoyo emocional.
Si queremos mejorar nuestra autoestima debemos ser conscientes de las creencias y los sentimientos negativos que hay en nuestra mente, reconocerlos, tolerarlos, y dar la oportunidad de enmendarlos. Esto puede significar asistir a terapia, conocer mejor cuáles son nuestros puntos fuertes y analizar qué es lo que nos molesta de nuestras decisiones y comportamientos. También debemos tratar de mantener buenos hábitos saludables, como comer sano, hacer ejercicio, dormir bien y relacionarnos con los demás de forma adecuada. Es fundamental el autoamor y el reconocimiento por nuestras habilidades, tanto reales como las que tenemos potencial de desarrollar. Esto significa compararnos con nosotros mismos y no con los demás, elogiando lo que somos y no solo lo que hacemos. Una buena forma de mejorar nuestra autoestima es rodearnos de personas que nos valoren y apoyen, en lugar de caer en el círculo de negatividad que nos lleva a desconfiar de nosotros mismos.
Tener una autoestima saludable nos proporcionará mejores relaciones sociales, mayor energía y motivación para avanzar, mayor capacidad de afrontar los desafíos que nos plantea la vida, y nos ayudará a ver el lado positivo en la adversidad.
Si tu autoestima es baja, el mundo te ofrece una oportunidad para mejorar, es momento de tomar las riendas y trabajar en tu crecimiento personal.