La enfermedad celíaca es un trastorno autoinmune del tracto digestivo crónico que aparece en personas con predisposición genética. Esta afección es provocada por una reacción adversa al gluten, un compuesto proteico que se encuentra principalmente en el trigo, el centeno y la cebada. Cuando las personas con enfermedad celíaca consumen alimentos que contienen estas proteínas, su sistema inmune las identifica como un invasor y destruye el revestimiento interno del tracto digestivo, impidiendo la absorción adecuada de nutrientes.
Esto causa anemia, dolor abdominal crónico, diarrea, náuseas, vómitos, pérdida de peso, fatiga y otros síntomas digestivos. El tratamiento para la enfermedad celíaca incluye cambiar la dieta para eliminar todos los alimentos que contienen gluten. Esto significa seguir una dieta estrictamente libre de gluten o sin gluten, la cual excluye los alimentos elaborados con trigo, centeno, cebada y algunos de sus subproductos. Se requiere que los alimentos sin gluten sean etiquetados para prevenir el uso accidental de alimentos que contengan gluten. Además de seguir una dieta sin gluten, los pacientes deben también hacerse revisiones médicas regulares para controlar el nivel de daño en el intestino pequeño. El control de la enfermedad celíaca puede incluir tomar vitaminas y suplementos, así como también la administración de fármacos. La enfermedad celíaca afecta a personas de todas las edades, sin embargo, es más común en la infancia. La mayoría de los casos son detectados entre los 8 y 18 meses de edad, cuando los niños comienzan a comer alimentos sólidos. Aunque a veces puede pasar inadvertida, la enfermedad celíaca a menudo es identificada porque genera síntomas como inflamación del abdomen, vómitos, diarrea crónica y pérdida de peso inexplicada. La única manera de prevenir o tratar la enfermedad celíaca es evitando el consumo de alimentos con gluten. Es importante que los individuos que son propensos a desarrollar enfermedad celíaca lleven una dieta estrictamente libre de gluten.
Esto también evitará que el revestimiento del intestino se dañe más de lo necesario.
A nivel mundial, se estima que la enfermedad celíaca afecta a más de 3 millones de personas. Esta enfermedad no es una alergia al gluten, sino una autoinmunidad donde el sistema inmune se enfrenta a sí mismo. Sin tratamiento, los pacientes con enfermedad celíaca experimentan una debilitación de la absorción de nutrientes obtenidos a través de los alimentos, deteriorando la calidad de vida y en muchos casos aumentando el riesgo de desarrollar problemas cardio-vasculares, problemas generales de salud ósea y otros trastornos.
Es importante para los pacientes identificar qué alimentos contienen gluten y crear adaptaciones a su dieta. Si bien los alimentos libres de gluten están cada vez más disponibles en el mercado, también es importante para los pacientes saber que las mismas preparaciones de alimentos deben aplicarse para mantener la dieta.
Los alimentos prohibidos incluyen panes, pasteles, galletas, pastas y cualquier otro alimento hecho con alguna de estas harinas. Por el contrario, los alimentos aceptables incluyen alimentos naturales como verduras, carne, pescado, frutas, nueces, granos enteros y legumbres. Es necesario para las personas con enfermedad celíaca hablar con un nutricionista sobre la dieta adecuada para esta afección. Esto es especialmente importante para los niños, para garantizar que están recibiendo la correcta cantidad de energía y nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo. Los nutricionistas también pueden ayudar a los pacientes a desarrollar horarios alimenticios y planificar comidas saludables para que el tratamiento siga siendo efectivo. Los profesionales de la salud también pueden ser de ayuda al recomendar los suplementos y tratamientos más apropiados para prevenir deficiencias nutricionales y aliviar los síntomas de la enfermedad celíaca. El seguimiento médico regular es recomendable para los pacientes con enfermedad celíaca, ya que esto ayuda a monitorear los efectos del tratamiento. La enfermedad celíaca es una afección crónica en la que es necesario seguir una dieta estricta para mantener una buena salud. Para prevenir complicaciones, es importante que los pacientes entiendan esta afección y sigan los tratamientos adecuados. Una dieta bien planificada, medicamentos apropiados y la ayuda de los profesionales de la salud pueden ayudar a los pacientes a llevar una vida feliz y saludable.
