Los clichés son frases comunes, ambientes descritos, personajes y otros elementos de historias de ficción utilizados en ficción de forma bien intencionada para proporcionar situaciones reconocibles. Esto sirve para abordar temas populares o para crear consistencia con personajes recurrentes para mantener el interés del lector y mantener en sintonía con la trama y el tema.
La palabra «cliché» se deriva de la frase francesa clic, que significa «clic de ratón».
Los clichés son esencialmente frases o ambientes que se han visto repetidamente.
Por ejemplo, existen 10 situaciones de historias de adolescentes extravagantes que incluyen algún conflicto con un padre estricto, como los padres que no quieren que sus hijos salgan a divertirse o vistan ropa más informal.
Otro cliché recurrente consiste en contar la historia de una persona en la que se ha dejado de lado y optado por una vida menos glamorosa. Estas situaciones son reconocibles para los lectores, lo que ayuda a crear conexión con los personajes y el tema de la historia. Algunos escritores encuentran clichés útiles porque, debido a su naturaleza reconocible, pueden aprovechar el bagaje cultural de los lectores para contar una historia sin necesidad de explicar en detalle los antecedentes.
Los clichés también ahorran tiempo al escritor, quien no tiene que sentarse y desarrollar una situación completamente original que la audiencia entienda. También hay que tener en cuenta que, aunque los clichés pueden parecer demasiado estereotipados, en la mayoría de los casos eso es exactamente el punto.
Esta reconocibilidad ofrece una sensación de familiaridad que la mayoría de la audiencia seguramente reconocerá.
A menudo, particularmente cuando se combinan situaciones familiares con diversas representaciones de personas, se puede hacer uso del cliché para servir como una «llamada de atención» al lector al conectar la trama con la realidad.
De hecho, los clichés son una forma efectiva de hablar de temas complicados con muchas personas a la vez, en lugar de plantear un tema con formas abstractas como teorías, abstracciones o conjeturas.
No obstante, hay escritores que temen usar clichés por el temor a caer en el ridículo o a ser enjuiciados por otros por ser demasiado familiares con escenas vistas antes. En estos casos, es importante recordar que los clichés se pueden convertir en una herramienta de escritura poderosa cuando se usan con imaginación y con un objetivo. Al permitir que los lectores reconozcan escenas y personajes, los escritores tienen una gran oportunidad de explorar temas profundos y controversiales a través de sus obras sin perder el interés del lector.
En conclusión, aunque el uso excesivo de clichés puede aburrir a los lectores, esto no significa necesariamente que sea necesario evitar completamente los clichés. De hecho, pueden ser una herramienta útil para proporcionar contexto a situaciones nuevas y permitir que usuarios y escritores se comuniquen con personajes conocidos en conjuntos de circunstancias reconocibles. Mientras que una frase o ambiente cliché estandarizado puede tener su valor, lo mejor es limitar el uso de clichés y buscar formas más creativas de abordar puntos de vista controvertidos para contar una historia como un profesional.
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