Crush es un sentimiento que todos hemos experimentado.
Es una sensación maravillosa, aunque también puede causar mucha ansiedad y frustración.
Se trata de una mezcla de amor, deseo y admiración que usualmente sentimos por alguien que está fuera de nuestra relación.
Sí, crush es, en esencia, una de las manifestaciones más vivas del amor platónico.
Surgió como una versión resignificada de ‘quemar’ o ‘moler’, una expresión de los años 1500 que significaba “sentir el intenso deseo por alguien a quien no se le podía tener”. Durante los tiempos modernos, el término originó como un periodo más informal de “enamoramiento” en el cual una persona lucha para contener los sentimientos románticos que se han desarrollado por alguien que no está disponible para una relación.
A menudo se trata de alguien del sexo opuesto, es decir, alguien que vemos a menudo pero del que somos conscientes de que, por ambas partes, no hay nada íntimo. En los últimos años, el término se ha expandido para incluir sentimientos hacia alguien del mismo género. Los sentimientos de los artistas del Renacimiento sobre alguien que los inspira descubriendo la belleza del amor platónico fue el detonante que le dio nombre. Los antiguos griegos tenían la idea de eléos, un principio espiritual del amor que consiste en un fuerte sentimiento de respeto y admiración hacia alguien. Mientras que el estado de `crush`, se describe a menudo como a partir de la adolescencia, los sentimientos no tienen una edad. Estadísticas muestran que el 34% de los adultos mayores de 35 años admiten sentirse ocasionalmente atraídos por alguien que está fuera de su relación. Claro, cada historia es diferente y los sentimientos por la persona no son algo que la gente experimente a diario, pero vale la pena mencionar que un crush no está exclusivamente enmarcado en los años de la adolescencia.
Por un lado, nos sentimos vivos al experimentar algo que, en el fondo, sabemos que no debería de estar ahí. No existen las reglas establecidas para los sentimientos, y los sentimientos extraños sobre otras personas ajenas a nuestro noviazgo o matrimonio son completamente comunes. Algo de lo que quiero que te des cuenta es que sí, está bien que experimentes los sentimientos de un crush mientras estés en pareja. A veces amamos distintas partes de nosotros mismos y por eso no nos sentimos salpicados al experimentar en algunos momentos pequeñas atracciones hacia terceras personas. No tienes que hacer nada con esos sentimientos más que describirlos, empaticar contigo mismo y dejarlos pasar. Simplemente sentarlos, lo que implica comprender por qué los sentimos, reconocer que es parte de nuestra humanidad y permitirnos pasar con facilidad del lugar en el que nos sentimos confundidos a un lugar de amor, sin necesidad de justificar nuestras emociones o empeorarlas.
Si alguno de los dos no se siente cómodo con esto, hablen abiertamente de ello para reducir la tensión entre los dos. Lo que realmente hay que tomar en cuenta es que crushes son parte de la condición humana y que sólo cuando comenzamos a entender y a aceptar nuestra humanidad podemos tomar decisiones inteligentes y también cuidar nuestras relaciones.
Solo en ese punto, estamos listos para sanar y pasar a una zona de confort cada vez mayor.