La diatermia es un tratamiento de fisioterapia que utiliza corrientes eléctricas controladas para generar calor profundo en los tejidos. El calor producido de esta manera se utiliza para aumentar la circulación y elidad de tejidos musculares y blandos, ayudando a reducir el dolor y la tensión muscular, acelerar el proceso de curación y aliviar los síntomas de diferentes lesiones.
Esta técnica se ha utilizado durante décadas como parte del tratamiento fisioterapéutico y se considera uno de los tratamientos más duraderos y exitosos. A pesar de que los primeros documentos sobre la diatermia datan del año 1709, no fue hasta 1903 cuando el físico italiano Pavoni realizó la primera descripción consistente de la técnica.
Esta fue denominada `Terapia diathermica` y se utilizó en varios pacientes con dolencias musculares y dolores reumáticos. Después de esto, el uso de diatermia fue probado y mejorado por muchos médicos y científicos hasta alcanzar el nivel actual de aplicación. La aplicación de diatermia se realiza mediante dos electrodos situados sobre la piel alrededor de la zona a tratar, con una fuerte corriente eléctrica entre ellos. Esta corriente genera un calor profundo, capaz de llegar hasta los tejidos educidos más profundos, como los tendones o los músculos. El calor producido por la corriente eléctrica es mucho más intenso que el calor producido por el cuerpo humano, lo que permite obtener mejores resultados en el tratamiento de lesiones musculares y articulares.
El objetivo principal de la diatermia es mejorar la función, la movilidad y la flexibilidad de los músculos y los tejidos asociados. Esto se logra a través del calor y de la circulación mejorada, lo cual ayuda a los tejidos lesionados a recuperarse más rápidamente. En particular, la diatermia es muy útil para tratar problemas musculares como desgarros, tendinitis, contusiones, rigidez y espasmos, distensiones y contracturas. La diatermia también puede usarse para mejorar la afectación circulatoria, reduciendo la inflamación y el dolor. Esto se logra a través de la reducción de la viscosidad del sangre en los capilares, mejorando la circulación y, como resultado, acelerando el proceso de curación de tejidos y lesiones.
Por otra parte, la diatermia puede ayudar a disminuir el dolor y la inflamación a nivel articular. Esto se conseguirá al contrarrestar los efectos del daño articular y acelerar el proceso de curación en casos de lesiones leves y graves. También es útil para tratar problemas circulatorios y musculoesqueléticos como síndromes dolorosos crónicos, desgarros musculares, esguinces y lesiones relacionadas con el trabajo. La diatermia puede ayudar a mejorar la función muscular, el movimiento y la flexibilidad, y también puede reducir el dolor e inflamación asociados con los síndromes musculares crónicos.
Sin embargo, hay situaciones en las que la aplicación de diatermia puede no ser adecuada.
Esto se debe a que el calor profundo generado por la corriente eléctrica puede llegar a ser demasiado intenso, incluso dañino. Por lo tanto, se recomienda que un profesional experto examine la situación del paciente para establecer si la diatermia es una opción válida. En conclusión, la diatermia es una técnica de fisioterapia que se utiliza para generar calor profundo en los tejidos y mejorar la circulación sanguínea. Esto se logra mediante la aplicación de dos electrodos sobre la piel, los cuales son utilizados para transferir una fuerte corriente eléctrica entre sí. El calor profundo producido por la diatermia permite aliviar los síntomas de diferentes lesiones musculares y artículas y mejorar la circulación a nivel muscular y articular. Es importante tener en cuenta, no obstante, que hay situaciones en las que la aplicación de diatermia puede no ser adecuada, por lo que se recomienda que un profesional experto examine la situación del paciente antes de proceder con el tratamiento.
.