La disautonomia, también conocida como distrofia autonómica, es una rara desorden neurológico que afecta el sistema autónomo. El sistema autónomo controla el corazón, los pulmones, la presión arterial, el sistema digestivo, la respiración, el equilibrio, el sueño, la digestión y otras funciones a nivel involuntario. En muchas ocasiones, los síntomas de disautonomia se desarrollan lentamente durante años antes de que un diagnóstico sea confirmado. Los síntomas son variados y pueden depender de la persona, así como de su edad, su condición física y su enfermedad. Estos incluyen taquicardia, presión arterial baja, una severa y constante fatiga, calambres abdominales, dolor de cabeza, mareos, náuseas, síncope, vértigo, debilidad muscular, insomnio, e incluso coma. Los expertos todavía no entienden completamente las causas de la disautonomia, pero la mayoría cree que puede ser una condición hereditaria. En algunos casos, puede estar causada por la diabetes, la esclerosis múltiple, el uso excesivo de ciertos medicamentos o ciertos trastornos autoinmunes.
Su médico puede recomendar pruebas para descartar otras condiciones y, a menudo, puede recomendar medicamentos para tratar síntomas específicos. El tratamiento puede variar dependiendo del tipo y severidad de los síntomas, pero generalmente incluye medicamentos para controlar los síntomas, así como el apoyo psicológico para ayudar a las personas a lidiar con los síntomas.
Los pacientes con disautonomia también reciben una terapia física para ayudar a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad y mejorar el equilibrio. También pueden recibir terapia ocupacional, consejería, otras terapias complementarias, e incluso terapia alternativa, como la acupuntura. Además, el soporte de la familia y los amigos es esencial para los pacientes con disautonomia.
Estos incluyen una dieta equilibrada con suficiente agua, restricción de la sal, el azúcar y los alimentos procesados, incorporando algo de ejercicio y haciendo un seguimiento de los síntomas y los medicamentos.
Además, es importante que los pacientes obtengan el apoyo adecuado de familiares y amigos, junto con cualquier información adicional sobre cómo abordar la enfermedad. En general, la disautonomia puede ser una afección difícil de tratar y, en la mayoría de los casos, no se puede curar. Sin embargo, los síntomas pueden ser controlados con el tratamiento adecuado y muchas veces los pacientes pueden llevar una vida normal. También hay mucho apoyo disponible para las personas con disautonomia para ayudarlas a sentirse más capaces y animadas.
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