El frenillo es una estructura cuya función es dar soporte al tejido conjuntivo o mucosa y ayudar a mantener ciertos órganos o estructuras anatómicas en su lugar. Está formado por una red de fibras finas y tensas que rodean partes del cuerpo tales como la boca, el pene, el ano y la vejiga, entre otros.
La ubicación exacta del frenillo puede variar según el órgano en cuestión.
El frenillo es en esencia un `puente` entre dos partes del cuerpo que generalmente están separadas pero cuya formación anatómica resulta mejor mantener unidas. Estos puentes son necesarios para que los órganos cumplan sus funciones de forma adecuada, dado que cada órgano depende del otro. El frenillo ayuda también a evitar el deslizamiento de los tejidos en aquellas partes del cuerpo que están sujetas a movimiento. Algunos ejemplos de tejido conectivo que poseen un frenillo son el frenillo del labio superior y el frenillo lingual, ambos ubicados en la boca.
El frenillo lingual es una estructura triangular localizada en el muslo de la lengua.
Su función es limitar el movimiento de esta y mantener el tamaño del muslo, de forma que no se distienda demasiado cuando la lengua se presiona hacia abajo. Esta función resulta sumamente útil cuando se dirige la lengua hacia los alvéolos donde se alojan los dientes, permitiendo así una masticación más cómoda y eficiente. Otro diente con frenillo es el frenillo del labio superior, una estructura con forma triangular ubicada en la parte frontal y superior del labio superior. Su función es reforzar la unión entre el labio superior y el hueso maxilar, deteniendo el movimiento hacia arriba. Esto permite a los labios de mantenerse separados, ya que el frenillo impide que los labios se vayan hacia abajo.
Esta función, a su vez, resulta esencial para la correcta pronunciación de las palabras.
En algunas circunstancias, el frenillo puede ser demasiado largo o demasiado corto, resultando en una limitación para el correcto cumplimiento de sus funciones. Este problema, conocido como frenillo corto, ocurre cuando el tejido conectivo está demasiado tensas y no cumple eficazmente su función. Esto puede resultar en dificultades dentales en la masticación, en alteraciones en la posesión correcta de la lengua y dificultades respiratorias, entre otros. Esta afección se corrige a través de un procedimiento quirúrgico, donde el médico extirpa el frenillo excesivamente largo. Esta operación puede realizarse para mejorar el aspecto estético del labio, pero también puede ser necesaria si se produce algún problema en el frenillo. Por lo general, la resección se asocia con algunas de las siguientes complicaciones: tos persistente, dificultad para respirar y una postura anormal de la lengua. En conclusión, el frenillo es una estructura anatómica con forma de cadena, ubicada en diversas partes del cuerpo humano. Sirve como uno de los pilares principales para el correcto funcionamiento de los órganos, ayudando a mantener la unión entre la mucosa y tejido conjuntivo. Cuando el frenillo se encuentra dañado o es excesivamente largo o corto, se debe someter a un tratamiento quirúrgico para corregirlo.