El grooming es una forma de abuso y explotación sexual que se realiza a través de internet, teléfonos celulares u otros medios de comunicación digital, en la cual el abusador se aprovecha de las vulnerabilidades de sus víctimas para manipular, humillar y perpetrar actos sexuales y otros delitos dentro y fuera de línea.
El término se acuña en el año 2003, y se refiere a un proceso sistemático en el que los abusadores se ganan la confianza de sus víctimas a través del engaño, crean dependencia de ellas y acaban obteniendo información personal, fotos íntimas y convenciéndolas para tener relaciones sexuales.
Esta práctica tiene antiguos orígenes, sin embargo, el desarrollo tecnológico y el uso masivo de internet la ha potenciado, y ahora los abusadores pueden contactar con más personas, obtener información más rápidamente y plantear situaciones de abuso más a menudo.
Es importante mencionar que esta proliferación de la práctica de grooming no se aplica únicamente a adultos, ya que las víctimas más comunes son los niños y adolescentes. Esto se debe a que los menores tienen menos capacidad para desarrollar estrategias de protección adaptadas a este tipo de delitos, además de que tienen una percepción distorsionada de la información que reciben a través de los dispositivos digitales, que puede ser aprovechada por los groomers para acercarlos a ellos.
El beneficio que obtiene el abusador de esta situación es claro, comenzando desde la explotación sexual de la víctima hasta la obtención de material pornográfico de menores, que puede cobrar fuerte precio en el mercado negro virtual.
Los grooming pueden ser desde el contacto telefónico después de un conocimiento previo offline hasta la capacitación a distancia por parte de desconocido en foros especializados. La situación de grooming se desarrolla de forma similar a una relación romántica, muchas veces a través de la seducción para llegar a tener beneficios sexuales.
El abusador puede elaborar un seguimiento sistemático de la víctima.
Esta difiere en algunos aspectos de los abusos sexuales tradicionales ya que el groomer es incapaz de usar la fuerza y la intimidación para conseguir sus objetivos, y debe realizar un esfuerzo de manipulación y control psicológico para aprovecharse de situaciones específicas.
En cualquier caso, el grooming tiene una gran repercusión en la víctima, sobre todo en aquellos niños/as y adolescentes más vulnerables. Este tipo de abuso puede provocar problemas psíquicos en las víctimas, como trastornos de ansiedad, depresión y hasta trastornos postraumáticos relacionados con la explotación de la víctima. Muchas veces, la víctima se siente encerrada en una relación de explotación sin poder escapar y, cuando finalmente es liberada, sufre una crisis de ansiedad y/o depresión por toda la manipulación para la que ha sido sometida en un periodo prolongado de tiempo.
En este sentido, se ha demostrado que es esencial para la prevención y el tratamiento de los grooming el suministro de información a la población vulnerable, principalmente, personas menores. Esto se puede hacer mirando hacia el entorno, como el trabajo con adolescentes en centros, para que estos aprendan a detectar situaciones de abuso, y proporcionándoles recursos para que entiendan las señales de alerta y, eventualmente, consigan identificadas estrategias de salida seguras.
Asimismo, un tema crucial hoy en día es el trabajo educativo con los padres sobre la prevención de casos de grooming. Debido a la gran globalización de Internet, puede ser difícil para los padres y tutores tener un control completo sobre lo que está sucediendo en línea. Dependiendo de la edad de los niños/as, los padres y tutores deben proporcionarles educación sobre el uso responsable de Internet, y deben ser conscientes de la existencia de grooming. A modo de conclusión, es importante destacar que el grooming es una situación de abuso y explotación sexual que puede tener serias secuelas en la víctima, especialmente si se trata de niños/as o adolescentes.
Por tanto, resulta esencial proporcionarles información para que sepan de las situaciones de riesgo, el modo de reconocerlos y las formas de prevenir lo que pueda suceder. Por último, se debe aclarar que el grooming no es una situación totalmente englobada por el marco del acoso y abuso sexual, sino que se trata de un delito que gran parte de la población desconoce y, por tanto, es de máxima importancia que los educadores sensibilicen a las víctimas y ofrezcan herramientas eficaces para evitar esta problemática y sus graves consecuencias.
.