El hampa es un término coloquial para describir a los criminales que se encuentran en la parte baja de la escala jerárquica en el mundo del crimen organizado. Estos individuos no son los líderes visibles de las organizaciones criminales, sino que son los que cumplen con las consignas de los jefes. Los delincuentes de hampa se caracterizan por realizar delitos pequeños o menores, y suelen provenir de comunidades pobres.
La palabra “hampa” se origina del verbo inglés “to hamp”, que significa `vivir deshonrosamente.
” La definición incluye a los criminales de la mafia y de la delincuencia callejera.
La mayoría de los miembros son criminales menores sin capacidad intelectual para subir en las filas dentro de una organización criminal. Como tal, es parte de una cadena de mando jerárquica que sirve como ejecutora de los planes del crimen organizado.
Un profesional del hampa puede realizar muchas tareas dentro de sus círculos.
Estas tareas incluyen aceptar sobornos, apuestas y fraudes financieros, o actuar como un “zorro” para las actividades ilegales de sus líderes. El nivel de compromiso de los delincuentes de hampa con actividades ilegales dependerá de la disponibilidad de trabajo y del nivel de control al que estén sujetos por parte de los líderes.
Esto se debe a su conocimiento de la estructura de la mafia y el hecho de que muchos de ellos tienen vínculos con los demás delincuentes. Además, la gente del hampa por lo general no se arriesgan tanto como los líderes y jefes de la operación criminal. Los líderes de la mafia son notoriamente el blanco de la policía y los oficiales del orden público, mientras que los delincuentes de hampa suelen evitar el encuentro con la justicia.
Los agentes encubiertos o lugartenientes del gobierno pueden controlarlos para presentarlos como parte de una prueba judicial, incluso si no están relacionados con los líderes de la organización criminal. Esto pone al hampa en una situación difícil: complicar la vida del líder y otros delincuentes, e incluso ser enviado a prisión, o mantener su lealtad al líder y arriesgar su seguridad.
Muchos delincuentes del hampa son jóvenes sin experiencia y dependen de la organización criminal para su supervivencia. Ellos verán la delincuencia como una forma de vida y no como una oportunidad para progresar en la vida. Esto puede hacer que el hampa sea un blanco fácil para la policía y los oficiales de orden público. No hay beneficios sociales o estímulos para que un criminal mejore y se mantenga a salvo. La vida de los delincuentes de hampa es a menudo percibida desde un punto de vista negativo, pero para muchos de ellos, el hampa es una forma de supervivencia.