El himen es una membrana delgada que forma parte de la estructura genital femenina.
Si bien hay variación entre las personas, el himen generalmente cubre parte o todo el orificio vaginal. Algunos himenes son muy tersos, casi inexistentes, mientras que otros son más densos, extendiéndose por el canal vaginal, lo que reduce el diámetro del orificio. Con el paso del tiempo, el himen se ablanda y se estira, lo que eventualmente puede dar lugar a una mayor apertura y elasticidad. El himen es una estructura relativamente sensible, y por lo tanto es susceptible de lesiones físicas como resultado de relaciones sexuales vaginales. Las lesiones del himen pueden ser dolorosas y deben tratarse de manera adecuada para minimizar riesgos para la salud. Los médicos usualmente están capacitados para diagnosticar, tratar y recomendar tratamientos adecuados para cualquier lesión relacionada con el himen. Un aspecto importante del desarrollo femenino consiste en el cambio en la longitud, grosor y elasticidad del himen debido a la maduración sexual. A medida que se desarrollan los órganos reproductivos, el himen puede aflojarse y estirarse, dando lugar a un mejor flujo vaginal y una mayor apertura en el canal. En algunos casos, incluso cuando el himen se siente estrecho en apariencia, puede haber una elasticidad suficiente para permitir la relación sexual sin dolor, a pesar de su apariencia externa.
Además, existe una cultura cultural y religiosa arraigada acerca del himen.
En ciertas sociedades, se exige que la mujer sea virgen antes de casarse.
Las pruebas de virginidad son prácticas que suelen realizarse para verificar que una mujer no haya tenido relaciones sexuales previas. Estas pruebas implican diversos enfoques, desde pruebas de visión hasta diferentes tipos de exámenes médicos invasivos. Estas prácticas son generalmente ilegales y cuestionadas por la comunidad médica y de defensores de los derechos de la mujer por infringir los derechos individuales y no resultar en una defensa real de la sexualidad.
Aunque el himen se encuentra asociado a variables que tienen que ver con la sexualidad, no es único a la vida sexual y se encuentra presente en la mayoría de personas con un útero.
Durante la infancia y la adolescencia, el himen puede cambiar de diferentes maneras, principalmente debido al cambio de los órganos reproductivos que se desarrollan durante esta etapa de la vida. Como resultado de esto, el himen puede estirarse, dar lugar a una mayor elasticidad o, en algunos casos, desarrollar una abertura completa al tiempo que se forma el canal vaginal. En conjunto, el himen es una membrana delgada que forma parte de la estructura genital femenina. Su tamaño, elasticidad y apariencia pueden variar entre individuos, y los cambios físicos que suele experimentar el himen como resultado de la maduración sexual pueden conducir a una mayor elasticidad. Además, el himen está asociado cultural y religiosamente con la pureza de la mujer, a pesar de su naturaleza inofensiva e invulnerable. Por lo tanto, es importante aprender más sobre el himen para entender cómo se relaciona con la maduración sexual y el desarrollo de la identidad sexual en las mujeres.