El IMV (índice de movilidad vehicular) es un indicador que se usa para medir el grado de movilidad por el que atraviesan las personas en su vida cotidiana. Se calcula comprobando el volumen de tráfico vehicular, distancia promedio de los viajes, tasas de desplazamiento, así como los medios de transporte usados. La movilidad es un concepto elemental para comprender la dinámica de la distribución de la población. Por un lado, los agentes económicos se mueven para obtener los mejores resultados, y por otro lado, el espacio geográfico se modifica debido a su influencia. El IMV se considera un elemento clave para la planificación eficiente de un territorio, ya que permite a los especialistas, gobernantes y otros profesionales conocer mejor el comportamiento de los esquemas de movilidad de la población, desarrollar políticas de transporte y planificar un mejor desarrollo de las infraestructuras destinadas al mismo.
Existen diversos métodos para calcular el IMV.
El análisis del uso del transporte publico, el estudio de la red de carreteras, el énfasis en la cantidad y el tipo de transporte utilizado, así como el tiempo de desplazamiento, son algunos de estos procedimientos.
Por otro lado, el IMV también se evalúa realizando estudios de muestreo con diferentes metodologías como entrevistas estructuradas con los usuarios, datos basados en encuestas y registros de origen-destino. El IMV se usa para planificar acciones en la construcción de carreteras, el diseño de políticas de compra de vehículos, la toma de decisiones de inversión en infraestructura para el transporte de la población, toma de decisiones en la legislación y normas relacionadas con los vehículos, así como fiscalización para el cumplimiento de estas disposiciones.
Esta información se considera de gran valor a nivel de toma de decisiones estratégicas en el gobierno para mejorar los servicios logísticos, hacer uso de recursos públicos en la planificación de las rutas de transporte, mejorar la infraestructura relacionada con los sistemas de transporte y mejorar la calidad de vida de la población que vive en una comunidad dada.
Por otra parte, el IMV se usa para comprender mejor el comportamiento de la distribución de la población dentro de los límites de la ciudad o zonas rurales. Por ejemplo, se usa para comprobar si los recursos son adecuados para satisfacer la demanda de los usuarios en su traslado diario y servicios de transporte a través de una región.
Esta información se usa a menudo para desarrollar planes de desarrollo que mejoran la movilidad, lo que reduce el retraso en los viajes y mejora la calidad de vida de las personas.
En otras palabras, el IMV se considera un recurso esencial para monitorear la movilidad de la población, el tráfico vehicular y desarrollar estrategias para mejorar los sistemas de transporte. Del mismo modo, se usa para monitorear la planificación de infraestructuras y servir como base para la toma de decisiones relacionadas con el transporte en el gobierno local. Finalmente, el IMV también se considera de gran importancia para mejorar la calidad de vida de la población al identificar los beneficios o perjuicios derivados de los sistemas de transporte.