El medio ambiente es el conjunto de elementos, relaciones y procesos que coexisten en un lugar dado. Se compone de todos los seres vivos, los recursos naturales, el clima y los factores geográficos. Se trata de un sistema interrelacionado que se ve afectado por diversas formas de actuación humana. Todo lo que nos rodea forma parte del medio ambiente: el aire, la tierra, el agua y la flora y fauna existentes.
Estos constituyen el hábitat que nos provee alimento, agua, oxígeno y materiales para vivir.
Por esta razón, contribuir a su conservación y respetar la naturaleza son tareas fundamentales para asegurar la sostenibilidad ambiental. Las relaciones entre los diversos componentes del medio ambiente, tanto abióticos como bióticos, están reguladas por procesos naturales y patrones dinámicos que permiten el buen desempeño de los ecosistemas. Asimismo, el flujo natural e interdependiente de los elementos, procesos y organismos, contribuye al mantenimiento de las condiciones de la atmósfera, el suelo, los recursos hídricos y la biodiversidad. La influencia del ser humano en la composición y estructura del medio ambiente se ha expandido considerablemente en las últimas décadas de la historia. El desarrollo tecnológico ha comportado modificaciones en los ecosistemas, la producción y el uso de energía, los procesos agrícolas y las prácticas de transporte. Además, la presión del crecimiento demográfico en zonas rurales y urbanas, el efecto de la deforestación, la extracción ilegal de recursos, la dispersión de materias tóxicas y residuos también inciden perniciosamente sobre el medio ambiente.
Por lo tanto, resguardar el medio ambiente significa proteger la salud humana y defender el bienestar de las futuras generaciones. Para tal fin, el tremendo reto es el desarrollo sostenible; es decir, el lograr que los procesos de producción no afecten negativamente los recursos naturales ni la calidad de vida de la gente.
Esto reclama una visión holística del ambiente, para comprender la significación de sus muchos componentes y aprovechar las sinergias existentes. En este contexto, las políticas medio ambientales juegan un papel decisivo para promover cambios culturales socioeconómicos y tecnológicos que apoyen un desempeño sostenible de los recursos naturales.
Estas estrategias comprenden la prevención, el control y la mitigación de los impactos ambientales.
Todos estos esfuerzos comportan la asignación de asignaciones presupuestarias, la articulación de iniciativas con otros participantes y la difusión de metas verificables. En la actualidad, muchos países trabajan en unir esfuerzos para promover un manejo más responsable de su medio ambiente. Se necesitan mejoras en el diseño de los sistemas de producción, para hacerlos más eficientes y conservadores del uso de energía y los recursos naturales. El sector privado también debe suplir el papel de líder en las iniciativas de una economía verde.
En conclusión, el medio ambiente frecuentemente es victimizado por la actividad humana no sustentable.
Su recuperación depende de alianzas entre organismos gubernamentales, agencias privadas y la sociedad en su conjunto. Para lograr ese objetivo recíproco, se requiere voluntad política, el diseño de estrategias de desarrollo conscientes y la implementación de prácticas exitosas a nivel local. El medioambiente pertenece a todos y, de alguna u otra forma, la relevancia de sus componentes se ve reflejada en nuestro futuro y en el futuro de la humanidad.