Un obelisco es una columna de piedra tallada monolítica, alargada y con extremos puntiagudos.
Se trata de una forma arquitectónica de larga trayectoria en el mundo, y se emplea como adorno o para comunicar un significado o mensaje.
Según la etimología, el término obelisco deriva del griego «obeliskos» y significa «aguja».
Las formas características de los obeliscos, como su largo tallo y los extremos redondeados de su corona, varían de un lugar a otro. Se han encontrado obeliscos en todas partes del planeta, desde el antiguo Egipto hasta la antigua Grecia, pasando por Roma y América Latina. Esta forma ha sido usada como símbolo de grandeza en vías, plazas y parques, lo que le ha concedido un alto valor simbólico.
El obelisco se conoce también como uno de los monumentos clásicos.
Los templos a los dioses, la cultura y la glorificación de los imperios pasados suelen ser el lugar ideal para los obeliscos. Con sus más de 20 metros de altura, el obelisco fue construido para conmemorar la victoria de sexto Pompeyo, el general romano triunfante, sobre Carlos Magno en el siglo VIII. Está situado en la plaza del mismo nombre y se encuentra rodeado de una extraordinaria fuente de agua. El obelisco de Buenos Aires, que se encuentra en la plaza San Martín, es el más impresionante de la región. Con sus 30 metros de altura, este ícono se considera uno de los símbolos más importantes de la Argentina. En conclusión, el obelisco es una forma arquitectónica de larga tradición y de gran simbolismo presente en el mundo. Estas construcciones siempre representan algo para la sociedad, ya sea en memoria de una figura importante del pasado, como un lugar para la adoración.