El Virus de Papiloma Humano, comúnmente conocido como el VPH o HPV (por sus siglas en inglés), es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), casi todas las personas sexualmente activas contraerán al menos un tipo de VPH en algún momento de su vida.
Aunque la mayoría no presenta síntomas y la infección generalmente desaparece por sí sola, algunos tipos de VPH pueden provocar problemas de salud graves como el cáncer.
Algunos pueden causar verrugas genitales, mientras que otros pueden llevar a formas más graves de enfermedad como el cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, pene, boca y garganta. El VPH se transmite principalmente a través del contacto íntimo de piel a piel durante el sexo vaginal, anal u oral con alguien que tiene el virus. No es necesario que exista un intercambio de fluidos corporales para contraer o transmitir el VPH. Aunque es menos común, también puede transmitirse de una madre a su bebé durante el parto.
Pueden no desarrollar síntomas y la infección puede desaparecer por sí misma sin causar problemas de salud. De hecho, muchas personas contraen el VPH poco después de volverse sexualmente activas, pero la infección puede no ser detectada hasta años después. En particular, los tipos de VPH 16 y 18 son responsables de la mayoría de los cánceres causados por el VPH. Estos cánceres pueden tardar años o incluso décadas en desarrollarse después de que una persona se infecta con el virus. Si bien no existe una cura para el VPH, existen vacunas disponibles para prevenir la infección por los tipos de VPH que más comúnmente causan cáncer y verrugas genitales. La vacuna es altamente efectiva si se administra antes de que una persona sea sexualmente activa. También existen pruebas de detección disponibles para detectar el VPH en mujeres, que son cruciales para prevenir el cáncer cervical. Es importante señalar que incluso si estás vacunado, todavía es esencial practicar sexo seguro y hacerse chequeos ginecológicos regulares. Aunque la vacuna puede prevenir la infección por los tipos de VPH más peligrosos, no protege contra todos los tipos de VPH. Además, la vacuna no protege contra las infecciones por VPH que se han adquirido antes de vacunarse. En conclusión, el VPH es un grupo común de virus que se transmite principalmente a través del contacto sexual. Aunque la mayoría de las infecciones por VPH se resuelven por sí mismas, algunas pueden llevar a la formación de verrugas genitales o a enfermedades más graves como el cáncer. Las vacunas y pruebas de detección están disponibles y son esenciales para prevenir los problemas de salud más graves asociados con el VPH.
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