El patrimonio, también conocido como patrimonio cultural, es aquel que se hereda de generación en generación y que forma parte de la identidad de una comunidad o lugar.
Se trata de la cultura material o intangible heredada por la sociedad.
Incluye los bienes inmuebles, muebles, documentos, sitios arqueológicos, monumentos, fotografías, libros y archivos.
El patrimonio va más allá del valor material que posean los objetos y edificios, ya que es el que les otorga significado y los sitúa en el contexto histórico, dando una imagen y una lectura más amplia del pasado y del presente.
El patrimonio no solo es relevante para los que lo heredan, sino para la humanidad entera, porque cuenta con un valor histórico, simbólico y científico.
Por eso, se hace necesario preservarlo, conservarlo y promover su estudio y valoración.
Esto apoya a las comunidades, ayudándoles a fortalecer arsenales creativos y reinterpretar su pasado para poder entender el presente y planificar un mejor futuro. Preservar y promover el patrimonio, además de ser un beneficio para la población, es una tarea que ayuda al desarrollo económico de un lugar, ya que los turistas son atraídos por las manifestaciones culturales de los países.
El patrimonio es un recurso fundamental para el progreso desde un punto de vista turístico, ya que la gente se siente conectada con el lugar que visitan, aportando ingresos a la población.
Las zonas patrimoniales se benefician además de la creatividad de aquellos asociados a la gestión, o instituciones que se ocupan de la restauración de los objetos y que cuentan con una red de contactos internacionales.
La conservación modernista suele relacionarse con el nacionalismo, en el que se busca preservar los aspectos que otorgan una característica particular a la cultura. Por último, el patrimonio contemporáneo consiste en la interpretación y recreación de la cultura a partir de su pasado, buscando los elementos que caracterizan una comunidad y manteniéndolos de forma dinámica.
El patrimonio es un bien que todos deberíamos proteger y promover, ya que es una parte esencial del bienestar social y de la identidad cultural de una comunidad. Por lo mismo, la repatriación de las obras de arte y objetos culturales se ha convertido en uno de los temas más candentes a nivel mundial. Esta es una forma de promover el respeto por la diversidad cultural y potenciar el desarrollo de nuevas generaciones; además de devolver a la comunidad poseedora los bienes que originalmente le pertenecían.
En definitiva, el patrimonio se puede considerar no solo como un patrimonio individual, sino como un patrimonio compartido. Esto se debe a que no solo los habitantes de un país o localidad heredan este legado, sino que cada uno de nosotros somos responsables de preservarlo y contribuir a su desarrollo.
El patrimonio nos conecta con el pasado, nutre nuestra creatividad y nos ayuda a comprender nuestra propia identidad, así que es nuestra responsabilidad conservarlo y protegerlo.