El TAE o Tasa Anual Equivalente, es una herramienta de medición aplicada sobre los productos financieros para ayudar a los ahorradores y prestatarios a evaluar y comparar los costes de los mismos.

Se trata de una tasa de interés teórica relativa, aplicada para evaluar costes adicionales, como diferencias en la periodicidad de los cobros, los costes fijos, etc.

, que se aplican sobre los productos que compara el usuario.

Esta herramienta sirve para, entre otras cosas, evaluar el coste que genera un producto financiero o una operación de crédito. Un TAE es una medida que se utiliza para determinar el costo anual remunerador del producto financiero que se analiza. Esta remuneración anual se calcula a partir de los intereses acordados junto con los costes adicionales –independientemente de la frecuencia de los cobros— asociados a dicho producto financiero. Para calcular el TAE de un producto financiero se deben tener en cuenta todos los costes asociados con el producto. Estos costes pueden incluir comisiones por la apertura, por el análisis de la solicitud de crédito, por la amortización anticipada o parcial, entre otros.

Esta información debe suministrarla siempre el proveedor del producto.

La legislación «Ley 16/2011, de 24 de junio, de contratos de crédito al consumo», también recoge que cada entidad financiera tiene la obligación de proporcionar esta medida habiendo una periodificación de cobro de dos o más periodos.

Una vez calculada la TAE se debe comparar con la ofertada por el banco para poder evaluar la conveniencia de contratar un producto financiero. El TAE es un referente para poner en contexto los índices de referencia que utilizan los bancos para fijar las condiciones de las operaciones financieras. La aprobación de un producto financiero no se basa exclusivamente en el cálculo del TAE, se deben tener en cuenta otros factores como el perfil del usuario, elementos vinculados al proyecto para el que se solicita el financiamiento, el número de años de vida y otros aspectos.

En definitiva, el TAE es una herramienta de medición que facilita y ayuda a evaluar el coste asociado a los productos financieros. La importancia de conocer el TAE radica en la posibilidad de comparar el coste de diferentes productos a la hora de tomar la decisión correcta para nuestros proyectos. De esta forma podremos optar por aquel que nos ofrezca los intereses más bajos o aquel que represente los intereses más razonables, aquí no solo hay que comparar el coste económico sino también comprobar el servicio ofrecido a la hora de solucionar cualquier casuística o aclarar cualquier duda.

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