El virus de Marburgo es una enfermedad viral mortal y altamente contagiosa que pertenece a la misma familia de virus que causan el Ébola. Esta enfermedad fue descubierta en 1967, cuando un epidemia de la misma afectó a la región alemana de Marburgo. Desde entonces, el virus de Marburgo se ha manifestado tanto a nivel humano como en los primates, tanto en África como en Europa. Los contagios se pueden producir por contacto directo con fluidos corporales de una víctima y esta articulación interhumana así como el contacto con animales enfermos de Marburgo también pueden presentar un peligro.
Comúnmente, el virus de Marburgo se transmite a través del contacto directo con fluidos corporales de una persona infectada con Marburgo, generalmente en un entorno cerrado, incluido el contacto con animal infectado o con una fuente contaminada.
Generalmente, los síntomas comienzan a manifestarse entre 2 y 10 días después de alcanzar la exposición al virus. Los síntomas comunes iniciales incluyen fiebre alta, cansancio, escalofríos, dolor de cabeza, vomitos, diarrea y pérdida del apetito. Estos síntomas pueden progresar en lesiones cutáneas y hemorragias y el paciente también puede presentar neumonía, shock y úlceras orales y genitales. Aunque el virus de Marburgo es una enfermedad muy contagiosa, su transmisión entre personas se ha reducido significativamente desde su descubrimiento, en parte debido a las estrictas precauciones de seguridad implementadas.
Por ejemplo, se recomienda el uso de ropa de protección, guantes, mascarillas y todos los demás equipos de seguridad adecuados a todas las personas que sean expuestas al virus. Los protocolos existentes también incluyen una inmediata vigilancia médica cuando hay sospecha de contagio, aislamiento de la víctima y contacto con los contactos. El virus de Marburgo no tiene cura, pero algunos tratamientos sintomáticos relacionados con la enfermedad pueden ayudar a aliviar algunos síntomas. Por ejemplo, el uso de fluidoterapia para el tratamiento de la deshidratación es una práctica común, así como el uso de antibióticos para tratar la tos y la diarrea crónica. También se recomienda la ingesta de suplementos vitamínicos para ayudar a reponer los nutrientes perdidos a través de la diarrea. Aunque hay algunos medicamentos antivirales disponibles para tratar el virus de Marburgo, la mayoría no tienen éxito en términos de reducir el número de muertos. Es importante tener en cuenta que el virus de Marburgo no puede ser transmitido a través del aire, la tierra o el agua. La única forma de transmitirlo es a través del contacto directo con los fluidos corporales de una víctima. En términos generales, el virus de Marburg no se considera una amenaza de salud pública, sin embargo, hay casos esporádicos reportados. El virus de Marburgo es un virus muy grave que no debe tomarse a la ligera, especialmente si se sabe que se está en contacto con alguien que pueda estar infectado.
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