El enfisema pulmonar es una enfermedad pulmonar crónica caracterizada por una destrucción progresiva del tejido pulmonar que resulta en un exceso de aire en los alvéolos. Esta enfermedad también se conoce como EPOC (el término médico para Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), ya que afecta la forma en que se lleva a cabo la respiración. En el enfisema, el aire se acumula en los alvéolos, que son los sacos de aire cutáneo que abastecen los pulmones de oxígeno. Esto altera la elasticidad de los pulmones, causando dificultad para la respiración debido a la obstrucción que se produce. Los síntomas comunes del enfisema pulmonar incluyen tos, respiración con silbidos, respiración entrecortada y falta de aliento. A menudo, la enfermedad se agrava por el tabaquismo, la contaminación del aire y la exposición a determinados productos químicos domésticos o laborales. El enfisema pulmonar es una forma de EPOC y se asocia con destrucción del tejido alveolar dentro de los pulmones y la consiguiente destrucción de la necesaria función de intercambio de gases.
Las personas con esta enfermedad también experimentan obstrucción del flujo de aire, lo que dificulta la entrada de oxígeno en los pulmones. Esto afecta al sistema respiratorio como un todo, disminuyendo la funcionalidad y provocando una disminución general de los niveles de oxígeno tanto en los tejidos del cuerpo como en la sangre.
Esto puede llevar a complicaciones como anemia o insuficiencia cardíaca.
Los síntomas comunes del enfisema van desde respiración entrecortada o con silbidos, tos, fatiga, dificultad para el aliento y respiración profunda, hasta infecciones pulmonares frecuentes, aumento del peso corporal y ansiedad.
La severidad de los síntomas depende de la cantidad de tejido pulmonar dañado.
A medida que el enfisema avanza, la capacidad residual para respirar disminuye.
Esto significa que los pulmones experimentan cada vez menos presión durante la inspiración, reduciendo significativamente el flujo de aire a los alvéolos. El tratamiento depende principalmente de la severidad de los síntomas presentados, aunque la prevención del tabaquismo y la contención de los niveles de contaminación en el aire son la única forma real de prevenir el enfisema pulmonar.
Se recomiendan los inhaladores para mejorar los síntomas, especialmente cuando la fatiga se vuelve un problema. Esta enfermedad siempre está acompañada de algún tipo de discapacidad, ya que siempre dificulta la capacidad de los pulmones para llevar a cabo su función, y esta discapacidad a menudo se extiende más allá de la disminución del nivel de oxígeno.
Por desgracia, el enfisema no se puede curar por completo, y los tratamientos están destinados a mantener la enfermedad bajo control y, al mismo tiempo, retrasar su progreso. Sin embargo, muchas personas con enfisema pulmonar mantienen actitudes positivas y vidas saludables con el manejo adecuado.