El factoring o financiamiento por deudas comerciales es una práctica común de financiamiento con la que las empresas pueden obtener liquidez mediante el descuento de sus facturas comerciales a corto plazo.

Esta forma de financiamiento se ha convertido en una fuente cada vez más importante de capital de trabajo para muchas empresas y se ha llegado a convertir en una forma común de préstamo para las micro y pequeñas empresas (PYMES).

El uso del factoring se remonta a la época de Greeci y Roma, donde los mercaderes acordaron intercambiar bienes a cambio de pagar una tasa de interés. La versión moderna de esta práctica no se conocía hasta finales de la década de 1920. El factoring difiere de otras prácticas de financiamiento comercial ya que el acreedor no asume la iniciativa en el cobro de facturas y no está involucrado en el proceso de recaudación.

El factor provee financiamiento para el descuento de facturas existentes a cambio de una cuota de servicio.

Factoring es una forma de financiamiento de corto plazo para generar liquidez.

En lugar de permitir que el flujo de caja provenga de productos o servicios vendidos, el factoring permite a una empresa recibir capital adelantado para sus facturas de deudas comerciales. El financiamiento se obtiene a través de un prestamista, en lugar de un banco, y puede ser usado para financiar cualquier cosa, desde los costos de operación hasta las compras de inventario.

El factoring es generalmente un poco más caro que los préstamos bancarios, pero su reglamentación es mucho menos estricta. Esto significa que las empresas que no califican para un préstamo bancario aún pueden calificar para un financiamiento de factoring.

Además, no se asignan cargo ni intereses por el factoring.

El único costo a pagar es una tasa de servicio, normalmente entre el 1% y el 3% de la cantidad a descontar.

Existen dos tipos principales de factoring-factoring de descuento abierto y factoring de recaudación.

En el factoring de descuento abierto, el prestamista adelanta el dinero poco después de que el vendedor haya entregado su producto o servicio. En el factoring de recaudación, el prestamista aguarda hasta que el comprador haya pagado antes de liberar los fondos al vendedor. En ambos casos, el prestamista actúa como intermediario entre el proveedor y el comprador, actuando como asegurador de que el vendedor sea compensado por sus productos y servicios. Se puede utilizar para financiar la expansión de la empresa, cubrir los costos operativos y abrir nuevas oportunidades comerciales. El factoring también protege a las empresas contra el impago de clientes ya que el prestamista se asegura el pago de facturas antes de liberar los fondos al vendedor. Finalmente, el factor ahorra tiempo tanto al vendedor como al comprador debido al descuento oportuno de los pagos. Si bien el factoring es una forma principal de financiamiento para muchas empresas, hay algunas preguntas que han surgido sobre los aspectos éticos del factoring. Algunos argumentan que el factoring puede tener un efecto perjudicial en la relación entre el vendedor y el comprador. Los compradores, por otro lado, pueden argumentar que el factoring es una forma de recuperar parte de los costos de producción. Además, algunos prestancias se ven afectados en sus negocios debido al control del comprador sobre las facturas descontadas por el prestamista. Independientemente de los aspectos éticos, el factoring es un método cada vez más utilizado de financiamiento por PYMES. Ofrece una manera rápida y económica de obtener liquidez, incluso para empresas que no califican para el financiamiento bancario. Es una herramienta útil para empresas que necesitan fondos para un periodo de tiempo más corto.