La fagofobia es un raro tipo de fobia que se caracteriza por un miedo intensivo e irracional a comer o tragar. Fago proviene del griego phagein, lo que significa comer, y phobia es también de origen griego que significa miedo.
Por lo tanto, en términos layman, la fagofobia literalmente significa miedo a comer.
En su nivel más básico, las personas con fagofobia tienen miedo a tragar alimentos, líquidos, píldoras e incluso su propia saliva en algunos casos. Más que simplemente ser un aversion a la comida, la fagofobia a menudo se convierte en un ciclo de ansiedad y miedo que tiene un impacto significativo en la vida diaria y a menudo en la salud física de los afectados.
Aunque pueda parecer extraño para algunos, la fagofobia es un trastorno de ansiedad bastante serio.
Una persona afectada por la fagofobia a menudo puede entrar en pánico al pensar o intentar comer, lo que puede llevar a la malnutrición o al desgaste físico debido a la falta de alimentos y nutrientes.
Por otro lado, la fagofobia es diferente de la aversion al miedo de ciertos tipos de alimentos, también conocida como cibofobia. Las personas con cibofobia temen o evitan ciertos tipos de alimentos debido a la forma en que huelen, saben o se ven. En la fagofobia, no importa el tipo de alimento, sino el acto de comer o tragar lo que causa miedo.
Las causas de la fagofobia pueden variar de una persona a otra.
En algunos casos, puede ser causado por una experiencia traumática relacionada con la comida o el comer, como atragantarse, vomitar o tener una reacción alérgica. En otros, puede estar relacionada con una afección médica subyacente que afecta la capacidad de tragar, como la esofagitis o el reflujo ácido. También puede estar ligada a condiciones mentales de salud como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), donde el temor puede surgir de pensamientos obsesivos sobre el daño que podría surgir de comer.
Determinar si una persona tiene fagofobia puede ser difícil debido a la naturaleza de la condición. A menudo se confunde con otros trastornos de la alimentación, como la anorexia y la bulimia. Pero, a diferencia de estas condiciones, las personas con fagofobia no tienen miedo de ganar peso o de no tener un control perfecto sobre su cuerpo. El diagnóstico de la fagofobia a menudo implica una combinación de entrevistas clínicas, cuestionarios de salud mental y pruebas físicas para descartar cualquier condición médica que pueda estar causando dificultades para tragar.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) a menudo es efectiva, ya que ayuda a cambiar los patrones de pensamiento negativo y enseña técnicas de manejo del estrés. Otra opción de tratamiento puede ser la desensibilización sistemática, donde se expone gradualmente a la persona al acto de tragar en un entorno seguro y controlado. En términos de medicación, los medicamentos que disminuyen la ansiedad, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), a veces pueden ser útiles. Sin embargo, con el tratamiento adecuado y el apoyo adecuado, los individuos pueden aprender a superar su miedo. Es crucial buscar ayuda médica si se sospecha de fagofobia, ya que puede llevar a problemas de salud graves si se deja sin tratar. A pesar de ser una afección relativamente rara y menos conocida, la fagofobia es legítima y tratable. Con el conocimiento adecuado y la ayuda necesaria, los afectados por este trastorno pueden avanzar hacia una vida más saludable y feliz. .