Funiculitis es una inflamación de la vaina de un nervio en el cuerpo.
En la mayoría de los casos, la inflamación se produce como una forma de lesión o enfermedad y afecta la forma en que los nervios funcionan. Los músculos, los intestinos y el cerebro están conectados al cuerpo a través de una variedad de nervios. Estos nervios van desde el cerebro o la medula espinal a los órganos del cuerpo, coordinando la función de los órganos y ayudando al cuerpo a funcionar. Estos nervios son envueltos con una capa protectora llamada vaina de mielina, que les ayuda a realizar también una función aislante electromagnética. En algunos casos, la vaina protectora puede frustrarse resultando en lo que se conoce como funiculitis. La funiculitis puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedades infecciosas, traumatismos, distorsión de los nervios alrededor de la junta, tiroiditis de Hashimoto y enfermedad de Lyme. La funiculitis también puede desarrollarse después de una cirugía o en el curso de una cirugía potencialmente complicada.
La inflamación puede causar dolor en el área afectada si se presiona sobre el nervio.
El tratamiento para la funiculitis generalmente se basa en el tratamiento de la causa subyacente.
En algunos casos, puede ser necesario que el paciente adopte un régimen de ejercicios cotidianos en el hogar para ayudar a reducir la inflamación y los síntomas asociados. El ejercicio puede ayudar a fortalecer el área afectada, mejorar la movilidad y reducir la presión sobre el nervio afectado. Además de esto, el paciente también puede beneficiarse de terapia física para ayudar a relajar los músculos alrededor del área afectada. Algunos pacientes que sufren de funiculitis crónica pueden experimentar debilidad en los músculos relacionados con el nervio afectado. Esto puede ser debido a la destrucción de la vaina protectora y la disminución del flujo sanguíneo a los músculos afectados. Esta forma de funiculitis puede ser difícil de tratar, pero los fármacos que contienen esteroides pueden ayudar a reducir la inflamación acelerando el proceso de curación. Sin embargo, hay casos en los que es posible que sea necesario recibir tratamiento para reducir el dolor y acelerar el proceso de recuperación. También hay casos en los que el tratamiento puede ser necesario para prevenir la aparición de complicaciones más graves.