Gigolos, también conocidos como acompañantes masculinos, son aquellos hombres que se ofrecen como compañeros de cama, lujuriosos, divertidos y a menudo galantes a mujeres solteras de todas las edades. Los gigolos pueden proveer una variedad de servicios, desde relaciones sexuales a servicios relacionados con la compañía, a menudo para una hora o varias para una velada completa. Este oficio ha existido durante siglos, pero recientemente ha ganado nueva fama gracias a las películas, las series de televisión y la publicidad de los medios de comunicación. Sin embargo, el estereotipo que con frecuencia se asocia a los gigolos no es nada nuevo, y es sumamente importante que comprendamos su verdadera naturaleza antes de considerarlos mejor.

Para empezar, los gigolos no son prostitutos.

Los prostitutos ofrecen servicios sexuales en intercambio por dinero.

Muchos gigolos pueden realizar tareas similares, pero lo que los diferencia de los prostitutos es que los gigolos ofrecen sus servicios por razones completamente diferentes. Los gigolos se acercan a la relación de tres maneras: como profesionales, como amigos y como amantes. En el caso de los profesionales, el hombre brinda servicios de compañía y consejo a sus clientes y las mantiene contentas a través del regalo o los recuerdos. Como amigos, él actúa como un confidente a quién la mujer puede contar sus problemas y esperar recibir palabras de aliento.

Y finalmente, como amante, el hombre brinda placer sexual sin comprometerse a una relación formal.

Muchas mujeres que han permanecido solteras por años carecen de la compañía masculina y sexualidad que disfrutaban con frecuencia sus antiguas parejas. Como resultado, los gigolos ofrecen esas necesidades sin quebrantar su libertad personal, permitiéndoles encontrar el ámbito de intimidad que ellas desean sin comprometerse a una relación. Por supuesto, esta no es la única razón por la que los gigolos son una opción atractiva para muchas mujeres. Para aquellas que, por diferentes motivos, no pueden permanecer en una relación comprometida, los gigolos surgen como una excelente opción. Dado que los gigolos cobran por sus servicios, no hay compromisos duraderos ni problemas emocionales asociados. Los honorarios se acuerdan al principio y los clientes no tienen que preocuparse por los potenciales problemas relacionales. Ya sea que los gigolos sean profesionales autónomos o parte de una agencia bien establecida, hay algunos pasos básicos que todos deben seguir antes de prestar sus servicios. Por lo general, los hombres que quieran trabajar como gigolos deben tener entre 20 y 50 años. Deben tener un trabajo estable, pues ser acompañante no es una forma de vida a tiempo completo para muchos hombres. Además, deben tener un excelente currículo personal que explique sus habilidades, ya sea a nivel académico o profesional. Los principales reclamos de los gigolos son su capacidad para satisfacer a sus clientes tanto emocional como físicamente. Por supuesto, no todos los hombres tienen el nivel de habilidad o personalidad necesarios para ejercer esta profesión; los clientes esperan que los gigolos sean sensibles, profesionales y conocedores de lo que les excita más.

Algunos son ex convictos que buscan redefinir su vida luego de haber caído en las grietas de la sociedad, otros son quienes han encontrado una manera de satisfacer sus propios deseos sin tener que enfrentar los compromisos que conllevan otros tipos de relaciones.

Sea cual sea el caso, los gigolos brindan un servicio que a menudo no se encuentra en otros lugares. En última instancia, se trata de una relación basada en la necesidad de tener intimidad, y todos los involucrados se benefician de ella de alguna u otra forma. Algunos ven la experiencia como algo al margen de los estándares sociales, pero hay miles de personas que encuentran value en los servicios que ofrecen los gigolos. Sea cual sea el caso, la naturaleza de los gigs y los gigolos son algo difícil de ignorar.