El concepto de hacer puñetas está estrechamente ligado a la infancia y los primeros pasos en la vida escolar. Si bien su significado literal es la acción de apretar el puño con los dedos en una señal obvia de mal humor, la expresión ‘hacer puñetas’ es usada como sinónimo coloquial de mal comportamiento, una actitud irritante hacia los demás, la extensión de la contracción de un puño.
En la escuela primaria, muchos niños muestran la conducta de hacer puñetas de la forma más literal posible. Cuando se enfadan con otros compañeros, cuando se sienten excluidos o con desventaja o cuando tienen simplemente el estado de ánimo para ello, los niños pequeños normalmente explotan esta conducta para expresar su malhumor.
Esta es una pulsión primaria para reaccionar a la adversidad o al malestar, aunque aprendan los efectos en sus compañeros. Un smartphone con los auriculares quedó dentro de uno de los pupitres de la claseSin embargo, aquellos que tienen una edad más avanzada, como los adolescentes, también pueden hacer puñetas para demostrar su descontento.
La puñalada se puede usar como una señal obvia para expresar mal humor, disgusto, rencor, rabia, estrés u otro programa emocional que puede tener el adolescente. Puede ser una manera de aerotransportarse a los otros al mensaje silencioso de: ‘No me gustas, no estoy de acuerdo con esto, estoy enojado y no me importa lo que pienses’.
En otras ocasiones, hay educadores o mentores que pueden hacer puñetas para establecer el límite entre los niños o respetar el crecimiento emocional, mostrando así que hay un silencioso acuerdo de: «Esta es mi autoridad y tú respetarías mis decisiones».
De esta forma, los mayores buscan mostrar su desacuerdo de forma tranquila, sin provocar una confrontación excesiva, como reflejo de la situación a la que se enfrentan los niños. En cada caso, hacer puñetas representa una actitud contraria a lo establecido por la autoridad y por la convivencia pacífica.
Esto significa que a menudo es contrario a la conducta deseada.
Sin embargo, a escala individual, también puede mostrar una forma de comunicar el sentimiento y la experiencia, aunque esta comunicación pueda ser poco constructiva para el bienestar emocional. Finalmente, hacer puñetas puede ser una manifestación idiosincrásica de la vida temprana y de los primeros pasos en la escuela. Esta reacción es entendible en muchos aspectos, pues representa una necesidad inconsciente de involucrarse en la vida cotidiana a través de la resistencia a los poderes establecidos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta conducta contraria debe ser controlada y limitada, para evitar mayores conflictos entre la comunidad escolar.