Hezbolá, también conocido como Partido de Dios, es un grupo político y militar de origen chiita que opera principalmente en Líbano. Esta organización surgió a principios de la década de 1980, en respuesta a la invasión israelí de Líbano. Hezbolá ha sido identificado como un actor significativo en el escenario geopolítico del Medio Oriente, y su influencia y poder han crecido a lo largo de los años.
El corazón de Hezbolá es su entramado militar.
Fuertemente respaldado por Irán, este grupo ha demostrado una notable capacidad para realizar operaciones militares sofisticadas. Durante años, Hezbolá ha estado enfrascado en una lucha armada con Israel, llevando a cabo ataques fronterizos y lanzando cohetes contra territorio israelí. También ha estado activo en la guerra civil de Siria, apoyando al régimen de Bashir Al-Asad contra grupos rebeldes.
Pero Hezbolá es más que una simple organización militar.
También es un importante actor político en Líbano, donde tiene escaños en el parlamento y tiene una fuerte base de partidarios. La organización proporciona servicios sociales, de salud y educativos a las comunidades chiitas en Líbano, lo que ha aumentado su popularidad y presencia en el país. Sin embargo, este aspecto de Hezbolá ha sido objeto de críticas y acusaciones de que utiliza su obra social para ganarse el apoyo público y legitimar su actividad militar. La influencia de Hezbolá en Líbano y en la región ha sido objeto de mucha controversia y debate. Por un lado, sus seguidores argumentan que Hezbolá proporciona una defensa necesaria contra Israel y representa a un sector significativo de la población libanesa, que ha sido marginado en la política tradicional.
Sin embargo, sus críticos denuncian a Hezbolá como una organización terrorista y lo acusan de desestabilizar Líbano y la region del Medio Oriente. Hezbolá ha sido declarada organización terrorista por varios países y organizaciones, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Israel y la Liga Árabe.
Sin embargo, su estatus varía mucho en diferentes partes del mundo.
La Unión Europea, por ejemplo, distingue entre el brazo político y el brazo militar de Hezbolá, designando solo a este último como grupo terrorista. El rol de Hezbolá en la política y la seguridad global, y su futuro, son inciertos. A lo largo de los años, Hezbolá ha demostrado su capacidad para adaptarse y sobrevivir a una amplia gama de desafíos políticos y militares. La naturaleza compleja y multifacética de Hezbolá está enraizada en las tensiones históricas, políticas y religiosas del Medio Oriente. En cuanto a su ideología, Hezbolá se identifica fuertemente con el islam chiita y ha defendido la creación de un estado islámico en Líbano, aunque en los últimos años ha suavizado esta postura.
Igualmente mantiene una relación muy cercana con Irán y es notablemente antiamericana y antiisraelí en su retórica y políticas. En conclusión, Hezbolá, como organización militar y política chiita, juega un papel importante y a menudo controvertido en el Líbano y en la región del Medio Oriente en general. Con profundos vínculos con Irán y una fuerte ideología antioccidental, sigue siendo un actor clave en las luchas políticas y militares de la región.