La hipertonia es un término que se utiliza para describir una resistencia anormalmente alta a los movimientos pasivos de una articulación. Simplemente, es un estado de excesiva tensión muscular y disminución de la capacidad de estiramiento, lo que puede causar movimientos rígidos y no naturales. Este trastorno puede ocurrir como resultado de una variedad de condiciones médicas y puede afectar a individuos de todas las edades. La hipertonia generalmente ocurre cuando hay un daño o interrupción en la vía que conecta el cerebro con los músculos.
Los trastornos cerebrales que pueden causar hipertonia incluyen accidentes cerebrovasculares, traumatismos cerebrales, tumores cerebrales, falta de oxígeno al cerebro, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y parálisis cerebral.
La espasticidad, que es más común, se manifiesta con un aumento en la tensión muscular, dependiendo de la velocidad a la que se realiza un movimiento.
Por otro lado, la rigidez, que es menos común, provoca una resistencia constante al movimiento de los músculos que no se ve afectada por la velocidad del movimiento. Los síntomas de la hipertonia pueden variar según el tipo y la ubicación de la afección. El síntoma más común de hipertonia es un aumento en la resistencia al movimiento de un músculo. Otros síntomas pueden incluir contracciones musculares debilitantes y dolorosas, postura anormal, articulaciones contracturadas, disminución de la movilidad y coordinación, y dificultad para hablar o tragar. La hipertonia puede diagnosticarse con exámenes físicos y neurológicos, obteniendo la historia médica del paciente o realizando pruebas específicas para evaluar la rigidez de los músculos y las articulaciones. Algunas de estas pruebas pueden incluir, estudios de la tensión muscular, exámenes de imágenes cerebrales y pruebas genéticas. El manejo de la hipertonia se enfoca en aliviar los síntomas y en preservar la función y la calidad de vida del paciente. A menudo se requiere un enfoque multidisciplinario y puede incluir terapia física, medicación, inyecciones de toxina botulínica y, en algunos casos, cirugía. La terapia física puede ser útil para mejorar el rango de movimiento, la fuerza muscular y la funcionalidad. Las técnicas de terapia física pueden abordar el estiramiento de los músculos afectados, el fortalecimiento de los músculos opuestos y la movilización pasiva y activa de las articulaciones. Las medicaciones utilizadas para tratar la hipertonia actúan reduciendo la contracción muscular o aliviando el dolor. Por otra parte, la inyección de toxina botulínica puede ser útil cuando la hipertonia está presente en un número reducido de músculos. La cirugía utiliza para tratar la hipertonia incluye procedimientos destinados a cortar los nervios de los músculos que están causando la rigidez excesiva, o la implantación de bombas de medicación para proporcionar dosis continuas de medicamentos que reducen la tensión muscular.
Aunque puede llevar mucho tiempo ver el progreso y la terapia puede ser intensiva, los tratamientos disponibles pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes con hipertonia. En última instancia, es esencial adoptar un enfoque de equipo para tratar la hipertonia, incluyendo a proveedores de atención médica, terapeutas, familiares y, lo que es más importante, al paciente.
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