La hipoxia es un término médico para una disminución en la cantidad de oxígeno disponible en los tejidos o en la sangre. Esto ocurre cuando los niveles de oxígeno en el ambiente son bajos o cuando hay algún problema con el suministro de oxígeno desde el ambiente hacia los tejidos. La hipoxia es una condición de salud seria que puede afectar muy desfavorablemente el rendimiento físico, mental y emocional. La hipoxia puede ser causada por factores externos, como la altitud, el suministro de aire pobre en algunas áreas como pozos y minas, y el doble aire acondicionado encontrado en algunos aviones, o puede ser causada por factores internos como problemas pulmonares o cardíacos, el consumo excesivo de alcohol u otras drogas o la falta de oxígeno adecuada en los tejidos.
Cuando la hipoxia se produce por problemas internos, esta afección se denomina hipoxia tisular o hipoxia relativa, y puede ser mucho más grave que la hipoxia debido a una falta de aire en el entorno.
Estas personas incluyen aquellas que trabajan a gran altura, los pilotos de avión, los militares, los montañeros y las personas con enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC (enfisema pulmonar obstructivo crónico).
Estas personas están probablemente más alerta a los síntomas de la hipoxia y pueden considerar la posibilidad de recibir tratamiento para evitar su desarrollo. La hipoxia puede ser identificada por los médicos a través de un examen físico, pruebas de sangre y otros exámenes. Puede ser grave si no se trata, pero los tratamientos modernos pueden ayudar a prevenir los efectos secundarios. Algunas de las técnicas que se usan para tratar la hipoxia incluyen el uso de oxígeno, tratamientos farmacológicos y/o respuesta respiratoria proactiva aprendida. En el ambiente, cualquier cosa que disminuya el suministro de oxígeno disponible puede producir hipoxia para los seres humanos. Esto puede incluir cosas como la altura, fuentes de dióxido de carbono, humo, vapores químicos, halones o falta de oxígeno. Estas condiciones pueden o no ser previsibles o controlables, pero es importante estar consciente de su potencial para producir hipoxia y la gravedad de la afección. Además de los tratamientos farmacológicos, la hidroxiacina y la naloxona también se utilizan para tratar la hipoxia. Estos medicamentos bloquean los receptores opioides del cuerpo y ayudan a prevenir que el cuerpo busque oxígeno.
Existen también otras formas de prevenir la hipoxia, como la exposición a niveles menores de altitud o monitorear los niveles de oxígeno en el aire. Los médicos pueden recomendar la realización de ejercicios respiratorios, inhaladores y medicación para ayudar a prevenir la hipoxia.
Sin embargo, es importante recordar que los síntomas reconocidos de hipoxia son el cansancio, la debilidad, la falta de memoria y la confusión. Si usted experimenta alguno de estos síntomas, es importante que consulte a un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
En el mundo laboral, el término `fichar` se refiere al acto de registrar la hora…
La afonía es una condición involucrada con la pérdida de la capacidad de hablar con…
La fiebre es una respuesta normal del cuerpo a una infección o enfermedad. Aunque puede…
Dejar el alcohol puede ser un desafío, especialmente si eres física o psicológicamente dependiente de…
Netflix es una de las plataformas de streaming más populares a nivel mundial que ofrece…
Bailar salsa es una manera fenomenal de expresarse, moverse al ritmo de la música y…