La imprudencia es un comportamiento poco reflexivo, inseguro, irresponsable o, en general, descuidado.
Se caracteriza por una falta de templanza y reflexión en el comportamiento de las personas, lo cual puede llevar a situaciones impredecibles o peligrosas. Además, implica ignorar completamente los riesgos, además de prescindir de avisos previos, acerca de los peligros que conlleva una determinada acción. Esta idea abarca, por ejemplo, el tomar alguna decisión sin antes conocer que efectos puede generar, así como también actuar sin preguntar a nadie, sin reflexionar demasiado y sin pensar en el resultado que se pueda presentar después.
La imprudencia se manifiesta de distintas formas, como en varios actos que van desde la realización de un deporte extremo o exacerbar la velocidad en un lugar público, hasta actuar de forma descuidada con el propio cuerpo, alimentándose de comida en la que no se puede confiar.
Además, no hay que olvidar que la imprudencia también se vincula a la inacción: es decir, a aquellos casos en los que se descuida realizar algún acto, con el objetivo de evitar la ocurrencia de un hecho desafortunado.
Por otro lado, algo que no esta quieto son las personas inquietas.
Estas suelen ser personas que tienen un comportamiento muy activo y que no les gusta meditar demasiado acerca de lo que están haciendo. Por el contrario, generalmente, estos individuos prefieren tomar acciones inmediatas, sin meditar cada una de ellas. Estas personas también se conocen como `espíritus libres` porque les encanta estar siempre haciendo algo, conocer diferentes lugares y disfrutar al máximo la vida. Generalmente, las personas inquietas no se quedan quietas mucho tiempo y siempre se encuentran buscando nuevas aventuras, lo que les permite mantenerse motivadas e inspiradoras en todo momento. En resumen, imprudencia es una actitud descuidada o temeraria que puede conducir a situaciones peligrosas, mientras que una persona inquieta es aquella que se mantiene siempre en movimiento, ansiosa por experimentar constantemente nuevas experiencias.
Es fundamental tener en cuenta estas dos idea para evitar llegar cerca de los límites de la prudencia y alejarse del comportamiento temerario.