La apnea del sueño es un trastorno grave de sueño en el que ocurren interrupciones regulares en la respiración durante el sueño. Estas interrupciones pueden durar desde 10 segundos hasta varios minutos y ocurren un promedio de 30 veces o más por hora. Sin tratamiento adecuado, la apnea del sueño puede contribuir a una variedad de problemas médicos y afectar negativamente la calidad de vida. Los síntomas de la apnea del sueño pueden incluir somnolencia diurna, ronquido, despertares durante la noche, somnolencia en el volante, problemas de memoria y concentración, presión arterial alta, ansiedad, depresión y otros problemas.
Además, la apnea del sueño puede ser un factor de riesgo para enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otras condiciones médicas. La apnea del sueño se divide en dos tipos principales, la apnea obstructiva del sueño (OSA) y la apnea central del sueño (CSA).
La apnea obstructiva del sueño (OSA) es la forma más común de la afección.
Esto se debe a que el aire no puede circular a través de la garganta debido a la obstrucción donde se encuentra la lengua.
Esta obstrucción impide que el aire entre en los pulmones.
La apnea central del sueño (CSA) es menos común y ocurre cuando el cerebro no envía las señales apropiadas para respirar durante el sueño. Los principales factores de riesgo de la apnea del sueño incluyen exceso de peso, envejecimiento, uso de alcohol, tabaquismo, falta de ejercicio, anatomía de la nariz, tamaño de la base de la lengua y la herencia genética.
Los médicos generalmente consideran varios factores antes de diagnosticar la apnea del sueño, incluyendo la historia de salud de un paciente y un estudio de vigilia del sueño llamado poligrafía. Esto puede ayudar al médico a determinar el tipo, la gravedad y el tratamiento adecuados de la afección. El tratamiento de la apnea del sueño dependerá de la causa, la gravedad y los síntomas de la afección. Los medicamentos, las terapias y los aparatos pueden tratar la apnea del sueño, aunque la cirugía puede ser necesaria para eliminar algunas obstrucciones físicas que contribuyen al trastorno. Los medicamentos recetados pueden ayudar a aliviar los síntomas, pero generalmente no son una cura a largo plazo. Otros tratamientos, como la terapia de reducción de peso, pueden ayudar a aliviar algunos síntomas de la apnea del sueño. Esta terapia ayuda a las personas a perder peso a través de un régimen de alimentación saludable y de ejercicio, lo que puede ayudar a aliviar la presión sobre la parte posterior de la garganta.
Además, hay varios aparatos especializados, como CPAP, que ayudan a aliviar los síntomas de la apnea del sueño. Estos dispositivos se utilizan para presionar un aire forzado en los pulmones para asegurar que el tejido de la garganta no se colapse durante el sueño. En general, la apnea del sueño es una afección grave que puede afectar la calidad de vida. Si experimenta los síntomas de la apnea del sueño, comuníquese con su médico para determinar el tratamiento adecuado. Pueden ayudarlo a controlar los síntomas y prevenir complicaciones de la enfermedad que afecten su salud y bienestar.