La biomasa es una fuente de energía renovable que se obtiene a partir de la materia orgánica proveniente de la agricultura, la ganadería y los residuos.
Esta fuente de energía ofrece varios beneficios ambientales, pero también puede presentar desventajas.
Esta energía proviene principalmente de plantas, animales y desechos y es técnicamente viable, así que es una opción atractiva para quienes buscan fuentes de energía limpia. La biomasa es el conjunto de materiales orgánicos producidos por organismos vivos que pueden ser utilizados como combustible, haciéndola una fuente de energía renovable. Estos materiales incluyen, entre otros, la madera, los residuos de la agricultura y la ganadería, el algas marinas y los residuos urbanos. Estas fuentes de biomasa se usan para la producción de combustibles fósiles como el gas natural, diesel y el propano. Estos son algunos de los principales subproductos de la biomassa, ya que todas las formas de energía se basan en su conversión en combustibles fósiles. Los beneficios ambientales generales de la biomasa incluyen la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. Esto es porque la combustión de la biomasa libera menos gases de efecto invernadero que la combustión de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón. Una vez combustos, los gases liberados en la atmósfera por la biomasa son del mismo tipo que los que predomina en la atmósfera natural. Además, la biomasa también genera menos desechos que los combustibles fósiles, lo que significa que es una forma más limpia de producción de energía.
Otro beneficio ambiental de la biomasa es la reducción de la demanda de combustibles fósiles.
Debido a que los recursos de combustibles fósiles son finitos, cuanto menos se utilicen, más tiempo durarán.
Esto también contribuye a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Dado que la biomasa es una fuente renovable, no hay necesidad de recurrir a los combustibles fósiles para satisfacer nuestra necesidad de electricidad. Una de ellas es que el transporte, almacenamiento y procesamiento de la biomasa pueden ser complicados. Los residuos orgánicos de la biomasa son mucho más difíciles de almacenar que los combustibles fósiles, lo que genera procesos complicados para conseguir combustible. Los equipos usados para usar la biomasa para producir energía pueden producir una cantidad significativa de gases de efecto invernadero. Además, la deforestación para obtener madera o el uso de tierras agrícolas para cultivar plantas para usarlas como combustible pueden tener consecuencias ambientales negativas. Esta fuente de energía renovable puede ser una parte importante de un enfoque multifacético para abordar los desafíos relacionados con el cambio climático. No solo ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también proporciona energía a precios asequibles para las comunidades rurales y aisladas que de otra forma quedarían excluidas de la producción de energía limpia.
Además, puede generar energía en los lugares donde aún no hay abastecimiento eléctrico y contribuir a una mayor seguridad energética a nivel mundial.